Hacía bastante tiempo que no estaba interesada en nadie así que yo misma estaba sorprendida. Aún no había pasado nada y ni si quiera sabía si el chico estaba interesado en mi o simplemente le caía bien y nos lo pasábamos bien juntos como amigos.
Seguimos con las clases de español y él seguía invitándome a hacer cosas con sus amigos pero ahora no era que no quisiera ir si no que normalmente no podía porque tenía que trabajar o porque tenía otros planes. Pero un día me mandó un mensaje “Marta! Me gustaría cenar contigo este fin de semana así que avísame si puedes algun día, un beso” Le contesté que el domingo por la noche no tenía planes así que podíamos quedar para cenar, me dijo que perfecto y quedamos en la puerta del centro comercial de Columbus Circle.
Llegó el domingo y yo un poco nerviosa porque no sabía que ponerme, si era algo informal o no, porque él no era muy informal normalmente, nerviosa porque no sabía si era una cena en plan amigos o si era algo más. Fuera lo que fuera, tenía que pasar el día fuera dando clases y después iría directamente a la cena así que tenía que ponerme guapa pero tampoco iba a ir todo el día súper mona para dar clases así que decidí ponerme un vestido informal pero que arreglaba más que lo que suelo llevar para dar las clases.
Pasé todo el día nerviosa y expectante pero cuando llegó el momento la verdad es que me tranquilicé porque con él todo era muy fácil, por su forma de ser. Llegó la hora y fui a la puerta del centro comercial y allí estaba él.
Nos saludamos con dos besos y nos preguntamos qué tal habíamos pasado el fin de semana. Me preguntó que me apetecía cenar y le dije que eligiera él porque a mí me gustaba todo tipo de comida. Me dijo que conocía un restaurante dentro del centro comercial así que fuimos.
Cogimos un ascensor en uno de los laterales del centro comercial y subimos a una zona en la que nunca había estado. Era un restaurante bastante sofisticado con una cristalera interminable que dejaba ver unas vistas muy bonitas de Central Park.
Para comer pedimos algo de sushi, pequeñas porciones de atún vuelta y vuelta y algunas cosas más de estas de alta cocina que están deliciosas pero que son tan pequeñas que te dejan bailando pero yo, por supuesto, cuando me preguntó si quería algo más le dije que no. Y de beber, mi primer Cosmopolitan.
Estuvimos allí durante un par de horas hablando y pasándolo bien. Probé el Cosmopolitan y el Dry Martini, en mi opinión, no son para tanto. Yo pensaba que esas pequeñas copas triangulares que no contenían mucho no me habían afectado hasta que me levanté para ir al servicio y me di cuenta que los cocktails son mucho más peligrosos de lo que parecen.
Fuimos a dar un paseo, que me vino de maravilla, mientras seguíamos hablando de nuestras cosas. Me dijo que al día siguiente tenía que ir a trabajar muy pronto pero que si quería nos podíamos tomar la última y le dije que vale pero que no sabía muy bien donde podíamos ir. Esto no era un problema para él que parecía conocer todos los bares y restaurantes de la ciudad.
El lugar era un bar donde solo se vendía champagne. Champagne de muchos tipos, tenían una carta bastante amplia. El único champagne que conozco es el que tomamos en navidades pero nunca me he preocupado de mirar la etiqueta así que obviamente no era la indicada para elegir pero llamé al camarero y le dije que nos recomendara.
Este chico había invitado a la cena así que yo me empeñé en invitar al champagne, casi me quedo limpiando las copas. El insistía en que no era necesario y que era posible que fuera bastante caro porque el sitio era muy exclusivo pero yo soy bastante orgullosa con el dinero y no me gusta que me inviten a todo y este chico lo había hecho hasta ahora así que le dije que si o si iba a pagar yo.
Nos trajeron las copas de champagne, estaba bueno pero como yo no entiendo no sabría decir ni que tipo era. En este lugar es cuando empezamos a hablar más sobre nosotros, sobre lo bien que nos sentíamos uno con el otro y lo bien que nos lo pasábamos juntos y de repente pasó.
Hasta ese mismo momento no estaba segura si le gustaba o no pero después de ese primer beso me di cuenta de que si. Lo primero que me dijo después fue que llevaba estos meses sin saber si yo estaba interesada en él o no y yo le expliqué que yo tampoco estaba muy segura de lo que estaba pasando. Nos reímos de los idiotas que habíamos sido los dos pensando si el otro estaba interesado cuando los dos lo estábamos.
Estuvimos un poquito más en ese bar y entonces pedí la cuenta... Cuando pedí la cuenta empezó a decirme que de verdad no era necesario que pagará pero yo erre que erre, que si que si que si. Casi me da un jamacuco cuando veo la cuenta. ¡¡Dos copas de champagne!! No me acuerdo exactamente cuánto pagué pero más de sesenta dólares…Pero además de esos sesenta dólares, tenía que dejar al menos el 16% de propina…
Obviamente la cena había sido más cara y de verdad que no me importaba pagar porque él me había invitado a todo pero se me saltaban las lágrimas al pensar que tenía iba a pagar unos setenta dólares por dos copas de champagne, tres sorbos porque todos sabemos lo pequeñas que son las copas de champagne. Pero bueno, no me importó demasiado, una vez al año no hace daño, yo diría una vez en la vida…
Salimos del sitio a las mil, nos despedimos, cogimos un taxi cada uno para su casa y quedamos en hablar para el día siguiente.
Esa noche me sentía muy contenta porque lo había pasado muy bien y además habíamos dado un paso más allá, ahora los dos sabíamos que pensaba el otro. Estaba agotada pero no me pude dormir pronto porque no paraba de pensar en todas las veces que nos habíamos visto y repasaba esas señales que me habían dicho que sí que le gustaba y que ahora veía tan claras pero que en ese momento no lo eran. Me acabé durmiendo pensando en si hablaríamos o no el día siguiente.
A la mañana siguiente recibí un mensaje a eso de las siete de la mañana diciendo "Estoy agotado pero mereció la pena. Estoy muy contento por lo que pasó anoche. ¡Hablamos luego!" Me despertó el mensaje y me hizo esbozar una sonrisa, el día empezaba bien.
Me fuí a dar mis clasesy a hacer mis cosas y a media tarde recibí otro mensaje de este chico preguntándome como llevaba el día. Me preguntó si quería ir con él al cine por la noche y le dije que si. No había ido nunca al cine en Nueva York y no estaba muy segura de si me iba a enterar o no de la pelicula, aun así, me apetecía ir así que quedamos en el cine.
Era un poco extraño porque era la primera vez que nos veíamos después de lo que había pasado la noche anterior y no sabía si quiera como saludarle o como actuar pero, como siempre, todo fue mas fácil de lo que pensaba.
Fuimos a ver Up in the air. Fui muy curioso, él ya había comprado las entradas por internet así que pasamos directamente y cuando fuimos a comprar algo para comer me quedé impresionada con toda las cosas que había y cuantos tipos de palomitas y bebidas había. Acabamos con un cubo grande de palomitas normales con mantequilla para los dos y una bebida azúl que parecía un fresisui del badulaque.
La película estuvo muy bien y me enteré de casi todo, o eso creo. Con el chico muy bien, bastante cariñoso y súper caballero, nos lo pasamos muy bien y sentía como si estuviéramos juntos hacía tiempo.
La película estuvo muy bien y me enteré de casi todo, o eso creo. Con el chico muy bien, bastante cariñoso y súper caballero, nos lo pasamos muy bien y sentía como si estuviéramos juntos hacía tiempo.
Cuando salimos del cine me dijo que quería enseñarme algo, que no pensara mal y que confiara en él. Yo le pregunté que era y me dijo que quería que fuera a su casa para enseñarme algo. Yo le puse cara de “venga hombre…” y él se empezó a reir y me dijo “confía en mí, no es lo que parece”. No era muy tarde, estaba anocheciendo y me fiaba de él así que le dije que vale pero que confiaba en él, un poco con la coña de ver que es lo que me quería enseñar.
Fuimos a su edificio, un edificio muy lujoso en el centro de Manhattan con tres porteros con uniforme que incluía gorra típica. Muy agradables y educados nos saludaron. Cogimos el ascensor y subimos hasta la última planta. Me abrió la puerta de la azotea y entramos.
Unas vistas increíbles de la ciudad anocheciendo. Por un lado Times Square y Broadway con todas las luces, por otro lado Central Park. Vale, se había intentado impresionarme con eso, lo había conseguido. Me sentía como si estuviera en una película. Después de estar un rato en la azotea con esas maravillosas vistas, me acompañó hasta la parada de metro y me fui para casa.
El chico parecía perfecto en el papel por eso quería andarme con pies de plomo porque no era posible que fuera tan ideal pero por otro lado tenía ganas de disfrutar y me gustaba sentirme como me sentía. Que te llegue un mensaje y te alegre el día, ponerte más guapa pero porque tú misma te sientes mejor, conocer a sus amigos. En definitiva, esa ilusión que se tiene cuando estas conociendo a alguien que empieza a ser más que un amigo.
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Ayyy ayy ayyy esto se pone interesante ajajajajaj....
ResponderEliminarEspero la tercera parte...por que la habra no??? esto no puedo quedar asi jajaja :)
Un beso
Clara
Hola Marta, ya te escribo desde Nueva York. Ahora me resulta mucho mas entragnable leerte porque ya conozco los sitios de los que hablas. Gracias por esta segunda parte (ya me estaba tirando de los pelos) y esperemos una tercera, aunque no haya un vivieron felices y comieron perdices...donde dices que estan esos chicos tan guapos y educados por aqui? Voy a comprarme uno ahora mismo :)
ResponderEliminarBesos,
Rocio
Genial Marta. Llevaba algún tiempo un poco desconectado y no había leído tus post desde tu visita a ver a los Amish. Pero lo tenía pendiente para ponerme al día.
ResponderEliminarVeo que ya te has vuelto a Madrid y que en Septiembre comienzas una nueva aventura. Espero que nos sigas manteniendo informados y la actualices, en este blog o nos dejes el link si decides cambiar el nombre.
Muy bonita la historia con ese chico, digna de una película :)
Saludos desde Tenerife!!!
Esto no se hace Marta. Lo has cortado en lo mas intrigante y ahora tenemos que esperar unos días mordiendonos las uñas,
ResponderEliminarYo ya le estoy dando vueltas a la cabeza. Seguro que era hermano de Paris Hilton o hijo de algún famoso.
Fijaté como me tienes que nunca comento y hoy no he podido más.
Bueno guapetona, que me encanta tu blog.
No me deja comentar, a ver si a la 3º va la vencida.
3ª parteeee
ResponderEliminar3ª parteeee
3ª parteeeee!!
oooh eres mala cuéntanos más!!!! por cierto que tal la vuelta en Madrid? yo estoy deseando irme YA!
ResponderEliminarHola! Descubrí hace poco tu blog y me encanta! Yo también estaba pensando en irme a NY una temporada y leyendote me han surgido algunas dudas... ¿Podrías resolverme algunas? Gracias!!
ResponderEliminarhttp://paudemiviajera.blogspot.com/
pdmiguel@hotmail.es
Hola chicos! acabo de volver de hacer el camino de Santiago, por eso no pude escribir la tercera parte aun porque terminé la segunda parte a una hora de coger el tren hacía el norte para empezar el camino. Ya estoy de vuelta así que en breves os termino de contar la historia :)
ResponderEliminarClara en breves os cuento! Rocio,¿que tal por Nueva York? Te cuento, hay una tienda donde puedes encontrar chicos de estos pero no estan de oferta por lo que te costará un poco pero merece la pena, te paso la direccion pronto :P
Alex cuenta con ello! un abrazo :)
Pilikina no he contado todo del tirón para que por fin te decidieras a comentar... :P
Merengue, voy voy!!! :)
N, cuanto te queda para irte?yo por España bien porque no he parado pero se echa de menos Nueva York, mucho
Pau, mandame un email con las dudas que tengas y te ayudaré en lo que pueda.
A todos, un abrazo!
esperamos la tercera parte impacientes!!!!
ResponderEliminarEstoy en ello!! :)
ResponderEliminarHola Marta!
ResponderEliminarNo se como acabara pero es increible estos primeros momentos en las relaciones.
La verdad es que si Juan, solo por estos momentos merece la pena :)
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