jueves, 28 de abril de 2011

DÍA 4: ZONA DE LA UNIVERSIDAD, SOHO, GREENWICH VILLAGE, BRYANT PARK, GRAND CENTRAL, TIMES SQUARE

De nuevo en pie. Se suponía que nos íbamos a levantar pronto pero después del trote de los últimos días nuestros cuerpos se negaron y nos inmovilizaron en la cama hasta las once. Cuando salimos a la cocina vimos una bolsa con una nota que ponía “¡Marta, martes día de bagle!” Mi compañero de piso había traído bagles para desayunar y nos había dejado el queso philadephia fuera para que se lo pusiéramos al bagle. ¡Que majete! Estaba delicioso. Nos preparamos y nos fuimos a por el café. No se porque pero la tienda de debajo de mi casa, la judía, seguía cerrada, luego mi compañera de piso me contó que estuvieron cerrados mas de una semana por la fiesta. Así que nos fuimos a ver a nuestros amigos en la tienda latina.

Salimos del metro en West fourth y vimos como estaban jugando a baloncesto sin camiseta y en plan barrio, la mayoría gente de color, mientras los turistas les hacían fotos o les grababan. Después nos fuimos andando Washington Square porque quería enseñarle a mi amiga unas de las zonas universitarias que hay en Nueva York.


La plaza de Washington, cuando hace buen tiempo, está llena de estudiantes, turistas, artistas callejeros, gente haciendo yoga en el césped, jugando a las cartas, cantando…Tiene muy buen ambiente, además de que es bonita con el arco y la fuente en el centro. Cuando llegamos vimos que estaba en obras así que me dio un poco de bajón porque pensé que mi amiga no iba a poder ver como se pone de gente en primavera pero me equivoque. En la zona que no estaba en obras estaban concentradas todas las personas que normalmente hubieran estado desperdigadas por toda la plaza y además de eso dimos con un artista callejero de lo más gracioso. Era un acróbata que hacía saltos difíciles durante las vacaciones recaudando dinero del público para poder pagarse la universidad. Consiguió reunir a mas de cincuenta personas a su alrededor dando palmas y animándole en sus saltos. El chico tenía mucha gracia la verdad. Así que a lo tonto lo que iba a ser un “pasar para verlo” se convirtió en un “¿nos quedamos otro rato para ver que hace?” y nos tiramos allí casi media hora.

Cuando el chico terminó su espectáculo, y después de la esperada foto de mi amiga con él, nos fuimos a dar una vuelta por las calles de alrededor que son muy originales con pequeñas tiendas y negocios muy personales y originales. Calles Mac Dougal, Sullivan, Thompson. Es una zona que me gusta mucho pero nos quedó por ver las antiguas facultades pero no teníamos tiempo porque yo tenía una clase y deje a mi amiga dos horas para que se diera una vuelta por el Soho.

Cuando terminé mi clase fui a la esquina donde había quedado mi amiga para encontrarla. Llegó un poco tarde porque no encontraba la calle que le había dicho así que tubo que deshacer todo lo andado, pobre, pero al menos se conoció bien el Soho.

Siguiente parada Greenwich Village. En mi opinión, es el barrio mas bohemio de la ciudad con gran cantidad de movimientos artísticos y con mucha historia. Aquí es donde tuvo lugar el movimiento de liberación gay de la ciudad. Es una zona con calles empedradas, con casas antiguas que han salido en muchas películas y series famosas, como sexo en Nueva York y con cafés y tiendas únicas que encuentras en cada rincón. Muy romántico.

Hacia  allí nos dirigimos para enseñarle a mi amiga este barrio y explicarle un poco de la historia y de los puntos mas importantes de esta zona y como no, para visitar la mítica casa de la serie “friends”. Un paseo muy agradable.

Tenía que recoger unos libros en la biblioteca pública, que mejor excusa para enseñarle el increíble edificio de mármol a mi amiga, cuando se inauguró en 1911 era el edificio de mármol más grande del mundo, y de paso ver la zona.

Cogimos el metro hasta Bryant Park y echamos un vistazo. Este parque es muy conocido porque durante el verano se exponen películas al aire libre de forma gratuita y la gente va allí con su manta para hacer picnics y ver la película y durante el invierno se pone la pista de patinaje sobre hielo y decenas de puestos de navidad. Durante todo el año es considerado como espacio público, es decir, el ayuntamiento pone mesas y sillas a disposición de todo el mundo para que vayan a comer allí y además hay mesas de ping pong, de ajedrez y quioscos donde comprar café y otras cosas. Cuando nosotras fuimos estaban instalando el césped para las películas que, afortunadamente, ¡llegan pronto!.

Después vimos la biblioteca pública que está justo en la parte de atrás de Bryant Park, recogí mis libros en la biblioteca, y nos fuimos a ver Grand Central.

Grand central es una estación bonita por fuera pero además con muchos recovecos curiosos en su interior. Según entras por la entrada principal tienes las escalinatas que dan a esa enorme entrada con las taquillas antiguas aun conservadas. En el techo las constelaciones. Uno de los lugares que más me gusta de la estación es el mercado. Es un mercado, gourmet y para quien lo pueda pagar, con cosas deliciosas y con una excelente presentación. Es el único mercado que conozco en la ciudad parecido a lo que nosotros llamamos en España mercados de barrio pero nada de “¿a cuanto tienes las manzanas hoy?” “a euro y medio el kilo” “Hijo a este paso ni manzanas ya” no aquí la conversación sería mas del estilo “Buenas tardes, estaba buscando un queso lefufafafulu de la región de lelite le fusele de Francia” “Si, aquí mismo lo tengo, ¿Cuánto querría?” “dame un trozo ni muy grande ni muy pequeño. Es para el gato que está un poco tristón y quiero darle una alegría” ni cuanto es ni nada, y eso que el trocito de queso le ha salido por un pico…

Otra de los rincones que más me gusta de Grand Central está en la planta baja, donde hay unos arcos separados por unos cinco metros y que en las esquinas donde convergen ocurre algo muy curioso. Si te pones en una de las esquinas y otra persona en la esquina opuesta, cuando tu hablas en bajo a la pared de tu esquina la otra persona puede escuchar lo que tu dices poniendo su oreja en la pared de su esquina. Está claro que tiene una razón arquitectónica pero para los que, como yo, no entienden de arquitectura, es como mágico.


Tenía que recoger unas cosas en una tienda en Harlem así que nos cogimos el metro hasta allí y cuando llegamos, después de media hora en el metro, vimos que estaba cerrada. Teníamos bastante hambre porque no habíamos comido nada desde el bagle de por la mañana así que, aunque me de mucha pena e incluso vergüenza decirlo, nos fuimos a cenar a un mc donals. Yo no me acuerdo pero mi amiga dice que hay cosas diferentes a los de España, así que con esa excusa nos metimos 7876234767346 calorías para el cuerpo y subimos un poquito nuestro colesterol.

Después de eso ¿dónde acabamos? por supuesto, en Times Square. Y después de dar una vuelta, para casa.


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miércoles, 27 de abril de 2011

DÍA 3: MISA GOSPEL, TEATRO APOLLO, COMIDA CON ALMA, QUINTA AVENIDA Y PERRITO EN TIMES SQUARE

Madrugada para poder llegar a tiempo a la misa Gospel en Harlem. Una hora en metro, después de pasar a por el café de la tienda latina pero esta vez sin canela. 

La mayoría de la gente piensa que Harlem es un barrio peligroso. He estado viviendo en diferentes zonas de Harlem durante mas de nueve meses y nunca me ha parecido peligroso así que cada vez que viene alguien a visitarme procuro llevarle a Harlem para que vea que además de ser un barrio que no tiene peligro, o al menos las zonas que yo conozco, tiene su encanto y la gente es muy agradable.

Cuando salimos del metro apareció mi otra amiga y nos fuimos las tres a la misa Gospel. Hay bastantes iglesias en Harlem donde se puede ver una misa Gospel pero en algunas tienes que pagar y en otras hacer una cola interminable. Hace un año o así fuí a la que sale en todas las guías y estuve esperando más de una hora en la cola para que nos dijeran que ya no cabían más turistas, menuda gracia. Así que esta vez fuimos a una pequeña que no mucha gente conoce pero que es auténtica.

Fuimos a la White Rock Baptist Church. Desde fuera no parecía ni una iglesia. Me asomé para ver si estaba abierta y cuando entré vi un ataúd con una sábana blanca. Salí y se lo dije a mis amigas. Faltaban cinco minutos para que empezara la ceremonia pero no había mucha gente alrededor así que le pregunté a una de las mujeres que había cerca y me dijo que la misa empezaría en un par de minutos. Nos invitó a entrar y nos dijo que iba a ser una experiencia para nosotras y que ellos estarían muy agradecidos por que compartiéramos con ellos ese día tan especial, era domingo de ramos.

Entramos y una especie de enfermera, o eso parecía por como iba vestida, nos sentó en uno de los bancos y nos dio la bienvenida. Poco a poco la iglesia se empezó a llenar. Solo había tres turistas detrás de nosotras y nosotras, el resto eran fieles de la iglesia, todos de color menos nosotros.


La que luego supimos que era la mujer del pastor pasó banco por banco para saludar a todas las personas que allí estaban. Una mujer de unos sesenta y tantos años pero no veas con que fuerza nos apretó la mano que nos hizo daño y todo. Nos dieron un abanico pero no hacía calor para nada.

Un coro de unas veinte personas estaba situado al fondo, todos vestidos de negro y blanco. Empiezan a cantar, al estilo sister act, con una voces increíbles y a varios tonos y así por unos veinte minutos. Nosotras aplaudiendo, de pie, bailando, siguiendo las coreografías, todo el mundo súper emocionado viviendo la música, nosotras mirándonos como diciendo “¡vaya espectáculo!¡Que divertido!” dolor de manos de tanto aplaudir, aplaudiendo con las manos en hueco porque las teníamos no rojas, granates de tanto dale que te pego, metidas totalmente en el cántico, se repetían las estrofas así que pasado un tiempo ya estábamos hasta cantando. Dejan de cantar, salé una señora a leer. Dio todos los datos de todas las ceremonias que estaban planeadas para la semana santa con horas, direcciones, nombres de las iglesias...

Un poquito mas de cántico, ahora con música, un chico tocando la batería, la gente en los bancos se había traído las panderetas de sus casas y el director del coro haciendo gorgoritos, otra vez bailando como locas y con las manos ardiendo.


Sale el pastor a hablar. Saluda a la gente que está allí, da las gracias por haber ido, la gente de los bancos gritando de vez en cuando “¡Aleluya!” o “Amen” de forma anárquica, nada de cuando lo diga el pastor el resto repite, aquí cada uno cuando lo sienta. Recogida de donativos.

Sale una mujer de los bancos y se dirige a la zona donde estaba el pastor, coge el micrófono. “Queremos dar las gracias a todas las personas que vienen desde lejos para compartir con nosotros esta celebración así que por favor, toda persona que no sea de la comunidad que se levante y diga su nombre y de donde viene” mis amigas y yo nos miramos como diciendo “¿nos levantamos o que?” y nos pusimos de pie. Varias personas se pusieron de pie, eran americanos pero habían venido de otras partes del país, luego estaban los mejicanos de atrás, unas italianas que acababan de llegar y que duraron doce minutos en la iglesia y nosotras. Mi amiga saludo y luego fue mi turno “Hola mi nombre es Marta y soy de España” “¡Aleluya! ¡España!” y todo el mundo aplaudiendo y mirándonos sonriendo, después le toco a mi otra amiga y siendo las tres del mismo sitio todos aplaudieron emocionados como si hubiéramos dicho países totalmente diferentes y a cual mas exótico. Saludamos a todas las personas que no eran de la comunidad y pasamos a la siguiente parte.

Sonó la música y niños y adultos vestidos completamente de blanco aparecieron de la parte de atrás de la iglesia cantando y bailando una coreografía. Todo el mundo cantaba y aplaudía. Nosotras acaloradas de tanto trajín, ahora entendíamos el porque del abaníco.


Después un hombre subió a la zona del micrófono y empezó a contar su experiencia sobre como había llegado a la iglesia y lo importante que era ahora para él, los “aleluya” y los “amen” no se hacían esperar.

Llevábamos dos horas en la iglesia pero parecía mucho menos tiempo, era como un espectáculo de Broadway, música, coros, bailes, coreografías, discursos, presentación de la gente…faltaba el sermón y fue justo lo siguiente en llegar.

Momento sermón. Eso parecía el club de la comedia. El pastor hablando y todo el mundo partiéndose de risa, pero a carcajadas, y el pastor seguía. Hablaba sobre cosas serías pero dándole un toque de humor. No se como pero acabó hablando de las relaciones de pareja y diciendo que él sabía que lo que toda mujer necesitaba era un Bob, ¡que resultó que era él! Muy gracioso, parecía más un cómico que un pastor. Eso sí es una misa divertida y no algunas a las que he asistido en España.

La gente participa y no es menos que el pastor, el pastor es un de ellos, ni si quiera tienen altar ni una iglesia muy decorada. Ellos viven de verdad y sienten y creen y no importa cuanto oro tengan o si los candelabros tienen piedras preciosas o no, es sentimiento real y aunque nosotras no somos las más creyentes nos hicieron sentir parte de la comunidad e incluso mi amiga salió diciendo que ojala pudiera creer en algo tan profundamente como lo hacen ellos.

Nos damos la paz, todo el mundo dando se abrazos y sonriendo, unas cuantas personas se acercaron a darnos la paz a nosotras, entre ellas la mujera a la que le había preguntado en la entrada antes de empezar. Recogida de donativos.

Pero la misa no había terminado. Después del sermón mas música, desfile de los miembros del coro y de las personas que ayudan allí, entrega de placa de agradecimiento al cocinero de la comunidad y después nos fueron dando uno a uno las palmas del domingo de ramos y, después de tres horas y media de celebración y de que la gente empezara a dar cabezadas, el pastor dijo que la gente que tenía prisa se podía ir, que iban a dar la comunión para los que se quisieran quedar pero después de toda la mañana en la iglesia, a pesar de que fue muy divertido durante la mayoría del tiempo, decidimos irnos. La gente se despedia de nosotras y nos agradecía que hubieramos ido y nos deseaban buen viaje de vuelta a España. Una experiencia muy interesante que recomiendo.

Con más hambre que los pavos de Manolo, nos fuimos a Sylvia´s, que es un restaurante del que ya he hablado, típico de comida americana tradicional y con mucha historia. Está muy cerca de la iglesia así que fuimos a comer allí pero había una lista de espera de una hora así que nos fuimos a dar una vuelta por el barrio para enseñarles a mis amigas Harlem.

Vimos el Teatro Apollo, un teatro donde los grandes de la música negra han actuado. Este fue el teatro donde los Jackson five hicieron su histórica actuación en 1969. Las casas típicas de la zona y básicamente un paseo por las calles de alrededor.


Llegó nuestras hora de comer en Sylvia´s y pedimos el plato típico, pollo frito y gofres con caramelo. Suena muy raro y parece imposible que esa mezcla esté rica, pero lo está J

Durante la comida en el restaurante el espectáculo no paró. Una cantante de música gospel en directo iba cantando por todo el restaurante y hablando con los comensales.

Me fui a dar clases y quedé con mis amigas en la escultura de Atlas enfrente de la catedral de San Patricio para ver toda esa zona. Atlas, San Patricio, Rockefeller Center (¡aun está la pista de patinaje sobre hielo!) y las tiendas de alrededor en la quinta avenida. Había muchísima gente porque era domingo y además hacía muy buen día así que estaba plagado.


Y como nos habíamos cansado de las multitudes decidimos ir a una zona mucho mas tranquila, Times Square. Es lo que mas le ha gustado de la ciudad a mi amiga y creo que todos los días de los ocho que ha estado aquí hemos pasado al menos una vez por Times Square. Fuimos a ver la tienda m&m, y a coger algún m&m al despiste y después de dar una vuelta nos tocó hacer algo que toda persona que visita Nueva York tiene que hacer, comer un perrito caliente en uno de los puestos. Nos pedían $3 por perrito que no es mucho pero es que cuatro calles mas abajo los mismo puestos te los venden por $1 así que después de regatear conseguimos la oferta del día, tres por $7 J Después del perrito, a casa cansadas de mas de catorce horas de trote.

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martes, 26 de abril de 2011

DÍA 2: PUENTE DE BROOKLYN, ZONA CERO, KOREANO Y CERVEZA CON MÚSICA EN DIRECTO

Después de que sonara el despertador unas doce veces, nos levantamos, nos arreglamos y nos pusimos en marcha. Mi amiga quería un café así que antes de coger el metro nos fuimos a una tienda latina a por un café, porque al ser Sabat la tienda de debajo de casa estaba cerrada.

“Un café por favor” “sírvete tu misma” El dependiente señala una maquina de café en una esquina con una fila de vasos grandes y otra de vasos pequeños, leche, unos cuantos frascos, pajitas y servilletas. Mi amiga se sirvió el café, la leche y después se puso un poco de cada uno de los frascos que había. No tenían etiquetas así que no sabía que eran pero siempre le ha gustado probar cosas nuevas. Cuando probó el café dos reacciones, una, se quemó la lengua porque estaba ardiendo, dos el frasco que mas había usado resultó ser canela, que no le gusta nada.

Cogimos el metro, línea directa hasta Brooklyn Bridge. Vimos el puente de Brooklyn y lo cruzamos hasta la mitad, el ayuntamiento y la zona de alrededor mientras nos poníamos al día. Después nos fuimos andando hasta la zona cero, la zona donde estaban las torres gemelas. En frente de esta zona hay una iglesia bastante antigua, La iglesia de San Pablo, que parece sacada de alguna película de zombis con las lápidas en el césped y con cruces y banderas americanas, en medio de la ciudad y enfrente de donde estaban las torres gemelas, sorprende.


Estuvimos dando una vuelta alrededor de la zona que está vallada aunque se puede ver las obras que están llevando acabo por que hay puertas abiertas para que entren y salgan camiones. Recuerdo que cuando vine a Nueva York después del 11 de septiembre había mucho control en el perímetro y no se permitía acercarse a la zona y todo estaba vallado a mucha mas altura y no había ni una rendija por la que poder mirar, imagino que porque aun seguían sacando restos de la gente y estaban intentando respetar a las familias que habían perdido a sus familiares allí. Además todas esas vallas estaban empapeladas con flores, cruces, velas, fotos y carteles de la gente que había muerto allí y con mensajes como “Nunca os olvidaremos” “Vosotros sois nuestros héroes” “Dios os guarde” y mensajes similares. Pero ahora todo esto ha desaparecido aunque imagino que de cara al décimo aniversario, en unos cuantos meses, seguro que vuelve a haber algo parecido.

Estuvimos viendo unas fotos en el punto de información sobre el memorial que van a construir en la zona, que por cierto está trayendo mucha cola por aquí. Eran impresionantes, ya se que hemos visto muchas fotos e imágenes incluso en directo por televisión pero sigue impresionándome lo que allí pasó, como pasó y como quedó la zona después de todo lo ocurrido.

Yo tenía clase en la academia de inglés de una y media a cinco y media así que nos dirigimos a la zona de la academia, que está en todo el centro, y aprovechamos para ver esa zona antes de mi clase.

El Madison Square Garden, que es el estadio oficial donde se juegan los partidos de baloncesto de los Knicks y los de hockey sobre hielo de los New York Rangers además de otros eventos deportivos, conciertos y demás, la oficina de correos, Herald Square y todas las tiendas de alrededor. Como ya tenía que irme y sabía que mi amiga iba a poder estar haciendo tiempo mientras yo estaba en clase comprando algunas cositas la dejé por allí de compras y me fui a clase.

Cuando llegué a clase mi profesor no había venido y en su lugar había venido una sustituta bastante simpática que pasó lista al principio de clase, normalmente se hace a mitad de clase para que la gente no se vaya, así que en el descanso mas de la mitad de la clase desapareció, yo una de ellas pero tenía excusa J

Habíamos quedado en la esquina de una calle llena de tiendas, la treinta cuatro, así que lo que iba a hacer mi amiga básicamente era bajar toda la calle viendo las tiendas así que me fui a buscarla entrando en todas las tiendas hasta dar con ella. No di con ella. Así que al final, aunque había salido dos horas antes de clase, nos encontramos a la hora y en el lugar que hablamos. Yo mientras tuve que hacer tiempo así que de tienda en tienda para encontrarla y de paso echando un vistazo a la ropa de verano.

Cinco de la tarde, estaba lloviendo a mares y no habíamos comido nada en todo el día así que entramos en alguna tienda mas y nos fuimos a ver Korea Way y a comer a uno de mis restaurantes favoritos de la ciudad Man doo Bar. Era la primera vez que mi amiga comía comida coreana y le gustó bastante, además nos salió bastante barato, unos $17 por persona.

Íbamos a quedar con unos amigos para tomar algo por la noche pero como estaba cayendo la que estaba cayendo al final se quedaron en casa pero nosotras ya estábamos en la calle y no nos queríamos ir a casa aun, aunque el tiempo invitaba a ello, así que nos fuimos a tomar unas cervezas a un pub irlandés llamado Pig Whistle. Cuando nos dieron la carta de cervezas nos quedamos con cara de “ummmm….dame la que tu quieras” porque no había ninguna conocida, bueno si, corona. Pedimos las dos con los nombres más raros y la verdad es que acertamos, una estaba mejor que la otra pero las dos estaban buenas, eso sí nos costó cada una mas de $9...Cuando llevábamos un rato en el pub dos chicos empezaron a tocar música en directo. Eran bastante buenos y tocaban canciones conocidas así que la gente estaba aplaudiendo y cantando las canciones, nosotras no fuimos menos.

Después de un rato escuchando la música mi amiga empezó a tener sueño,  el jet lag, así que a eso de las once de la noche nos fuimos para casa. Cuando estábamos saliendo del bar, uno de los chicos que estaban cantando me dio su tarjeta personal, imagino que porque nos había visto cantando las canciones con un estilo único y le había hecho gracia.

En la calle ni el tato, estaba cayendo la de dios así que, a pesar de ser sábado noche, nadie por la calle y nosotras calándonos porque no habíamos cogido el paraguas. Cuando íbamos caminando con la cabeza agachada para protegernos del agua pero caladas, un chico que entraba en el metro con un paraguas nos dijo “¿Lo queréis? Yo ya no lo voy a necesitar” “No, pero gracias” No sabíamos si era un buen chico ofreciendo su paraguas o alguien que nos estaba vacilando porque el paraguas estaba mitad sin tela y con las varillas para arriba como si le hubiera atacado un rayo, pero solo una mitad, la otra mitad estaba perfecta.
Nadando a braza conseguimos llegar al metro, entrar, escurrir nuestra ropa y con ello inundar un vagón y cambiarnos al otro para evitar las humedades. Llegamos a casa pero entre ponte bien y estate quieto, planeando el día siguiente, misa Gospel en Harlem, nos dieron las dos de la mañana cuando finalmente caímos rendidas.


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sábado, 16 de abril de 2011

PRIMERA NOCHE: TIMES SQUARE Y COMIDA AUTÉNTICA AMERICANA

Tras dos horas de espera, y de agiteo del cartel que había hecho diciendo “Bienvenida” cada vez que un grupo de personas salían de la zona de seguridad, ha aparecido mi amiga. El vuelo ha llegado con una hora de retraso, mas el tiempo que ha tenido que esperar para pasar el control de seguridad, pero al final ha salido.

Mientras esperaba he entablado una interesante conversación con un hombre que estaba esperando a su mujer y a sus hijos:

“En este aeropuerto siempre hay retrasos” “Si” respondo sonriendo. “¿Qué vuelo esperas tu?” “El que viene de Roma” “Mi familia viene en el de Munich” Cinco minutos después “Ni si quiera me da tono el móvil así que aun no han salido del avión”  yo sonriendo pensando “gracias por la información”. Salen unos cuantas personas “Nada…tenemos que esperar mas” “si, aun no llegan” diez minutos después “odio esperar en los aeropuertos” “si, es muy aburrido” y así hasta que ha llegado mi amiga…La típica conversación trascendental que se mantiene por si sola y que no tienes que forzar.

Abrazo de oso y foto de bienvenida. “Estoy agotada, llevo todo el día metida en un avión”. Había cogido un avión de Madrid a Roma y allí había tenido que esperar para coger el avión a Nueva York. Hubiera sido mucho mejor directo pero le costaba 200€ mas que es bastante aunque cuando ha salido del aeropuerto me ha dicho que la próxima vez se pensará si pagarlos o no.

Hemos cogido el metro hacia casa y me ha ido contando que tal en el avión y en el control de seguridad. Todo bien, nada de compañero de asiento roncando o hablador o enorme ni de preguntas extrañas en el control de seguridad, todo en orden.

Siete de la tarde, hemos dejado la maleta. Hemos dado una vuelta por el barrio para que viera a mis vecinos judios ortodoxos, porque llama bastante la atención su forma de vestir, y nos hemos acercado a la sinagoga para que la viera pero como era Sabat estaban en plena celebración y no nos ha parecido apropiado entrar así que ya iremos otro día, para eso está abierta 365 días al año y 24 horas al día. Nos hemos ido a mi sitio favorito por la noche: Times Square. Desde mi casa a Times Square el metro es directo y según sales del metro te encuentras con todas las luces. Sabía que le iba a impresionar. “Es increíble, y pensar que he visto estas calles millones de veces en la televisión y que ahora estoy aquí” es la primera frase que ha dicho mi amiga cuando hemos salido del metro y nos hemos encontrado con todo eso.

Hemos visto los teatros de Broadway, el edificio de la Paramount, la comisaría, el centro de reclutamiento del ejercito americano y cuando nos dirigíamos a la tienda Toys `R´ us un chico de los que está en la calle vendiendo entradas para diferentes espectáculos en la ciudad nos ha abordado con el típico “¡Hola chicas! ¿Qué plan tenéis para esta noche?” Así que hemos empezado a hablar, no has preguntado de donde éramos, nos ha contado parte de su vida y nos ha preguntado por toda la nuestra con la única intención de vendernos unas entradas para un club de comedia. Personas como este chico hay por toda la zona vendiéndote su producto y si no estás interesado es mejor pasar de largo porque se puede hacer eterno. He usado la estrategia de “vamos a dar una vuelta, nos lo pensamos y si decidimos que si ahora venimos” “Bueno es que me voy a ir a casa en breve así que sería mucho mejor si compraseis las entradas ahora” Entonces le he explicado en español a mi amiga, el chico no entendía, que hay muchos chicos como este y que el precio era excesivo. Nos quería vender las entradas por $20 cada una y encima en la entrada ponía que además tenías que consumir mínimo dos consumiciones una vez dentro así que nos iba a salir por, mínimo, $30 cada una. Pero a mi amiga le ha gustado la idea. Antes de que mi amiga dijera que si le he vuelto a decir al chico que nos lo íbamos a pensar porque quería explicarle mejor a mi amiga que eso era un poco engañabobos entonces el chico ha dicho “Mirad chicas, porque me habéis caído bien y por que quiero que lo paséis bien os voy a dejar las entras a mitad de precio, dos por $20” Mi amiga ya tenía los $20 en la mano cuando ha acabado la frase.

Cuando nos hemos ido le he explicado que probablemente entrar en ese sitio era gratis o bastante mas barato de $20 por persona pero mi amiga me ha dicho que $10 cada una no es dinero y que si no lo hubiéramos comprado no hubiéramos ido así que ahora ya vamos seguro y que además el chico era muy mono, que lo era.

Es un club de la comedia donde ocho monologistas que salen en televisión, según el chico, te hacen pasar una noche muy divertida, según el chico “te ríes hasta que te duele el hígado y aunque quieres reír mas no puedes” Podemos ir cualquier noche de la semana así que ya veremos que tal.

La verdad es que mi amiga tiene razón, $10 no son nada y puede que el espectáculo sea divertido y además es algo diferente que hacer en la ciudad así que ¿Por qué no probar?

Después, como estaba pensado, nos hemos pasado por la tienda Toys `R´ us para ver la cantidad de juguetes que tienen y la noria. Hemos visto un dinosaurio de juguete pero de tamaño enorme de la película Jurasic Park en la tienda que estaba muy bien y que hasta tenía sonido. Además de eso miles de juguetes, exhibición de juguetes curiosos, el palacio de la barbie con barbies muy originales y los lego tamaño natural o la maqueta del Empire State con King Kong incluido.

Mi amiga tenía mucho hambre porque no había comido nada mas que lo que le habían dado en el avión, que no había sido mucho, así que hemos decidido dejar el resto de la visita para después de cenar y nos hemos ido a comer a un típico restaurante americano como bienvenida: Famous Dave´s

Nunca había estado en ese restaurante pero tenía pinta del típico americano de comida grasienta pero rica servida en cantidades industriales. Así ha sido.  La decoración del restaurante típica de las películas, con cosas que no tiene nada en común, con cosas antiguas americanas, placas, coches, y un cartel que era su slogan: “¡Come como un cerdo!”.

Teníamos mucha hambre así que hemos pedido una ensalada, unas potato skin (que son una patatas con piel al horno con queso derretido y beicon pero que aquí además añadías pollo, cerdo o ternera) y unas alitas a la barbacoa, todo para compartir. En la mesa en vez de las clásicas servilletas, un rollo de papel de cocina y seis botes de diferentes salsas, para que no falten calorías.

Nos hemos puesto…No hemos podido terminar todo, y eso que teníamos hambre pero es que era una barbaridad así que lo hemos pedido para llevar, aquí es bastante común, y de repente nos viene el camarero con dos cajitas y una bolsa de plástico para que nos lo pongamos nosotras. Normalmente se llevan tu plato y te lo preparan ellos en la cocina pero se ve que este camarero estaba en plan perezoso.

Después de cenar no podíamos ni andar de lo llenas que estábamos y además mi amiga estaba cansada porque no había dormido nada el día antes de venir y en los aviones había dormido menos de cinco horas en total así que estaba que se caía. Nos hemos dado otra vuelta a la zona y nos hemos venido para casa. Ni que decir que cuando hemos pasado por donde estaba el chico que nos ha vendido las entradas, el que nos ha recomendado comprar las entradas en ese momento porque se iba ya a casa, seguía en el mismo sitio dos horas después.

A mi amiga le encantan los Simpsons así que cuando hemos llegado a casa los hemos puesto en la tele mientras yo escribía el diario. A los pocos minutos se ha quedado dormida en el sofá. Al rato se ha despertado como si no supiera donde estaba y me ha dicho, pensando “¿Dónde estoy? ¿Qué hace Marta aquí?” “Me voy a la cama” “Ok, voy a terminar esto y voy en un rato” “ok” y se ha ido.

El primer día que llegas a Nueva York es bastante curioso. Primero porque cuando llegas al aeropuerto tienes que retrasar seis horas tu reloj por lo que si en tu reloj son las diez de la noche por ejemplo, pasan a ser las cuatro de la tarde otra vez y es totalmente de día. Tienes muchas ganas de ver todo y estás lleno de energía por la subida de adrenalina de estar en esta ciudad pero por otro lado tu cuerpo está agotado del avión y más si no has dormido mucho el día anterior. Al final el cansancio y tu reloj biológico pueden con tus ganas de ver pero no pasa nada porque la primera noche hay tiempo para descansar y recargar pilas pero las siguientes noches…no no no, no hay excusas J


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viernes, 15 de abril de 2011

¡¡¡MI MEJOR AMIGA VIENE A VISITARME A NUEVA YORK!!!

Ahora mismo mi mejor amiga está volando hacia Nueva York para pasar aquí nueve días. Es su primera vez en la ciudad así que está bastante emocionada con el viaje y yo también porque me hace mucha ilusión verla y mas aquí.

Esta semana va a ser una locura entre las clases de inglés, el trabajo y la ruta con mi amiga pero merecerá la pena no dormir mucho. Quiero que sea una semana inolvidable para las dos. Quiero llevarla a las típicas cosas que no se puede perder pero además a todos esos lugares que me encantan y que no son tan típicos. He pensado que voy a seguir un pequeño diario aquí para recordar en el futuro todas las cosas que nos pasaron y las cosas que hicimos cada día así que todas las noches cuando lleguemos a casa escribiré donde hemos ido, que hemos visitado, donde hemos comido y todo lo que nos haya pasado interesante.

Será un diario y además una guía recordatoria de mis sitios favoritos e indispensables de la ciudad. Me voy a planear un poco las rutas ¡que llega en horas!



jueves, 14 de abril de 2011

DARME CUENTA QUE AQUÍ EN HALLOWEEN TIENES QUE DISFRAZARTE DE ALGO QUE ACABE EN SEXY

Pasar Halloween en Nueva York es una de las experiencias más increíbles para vivir en esta ciudad. Desde semanas antes la gente y la ciudad se preparan para esta esperada fiesta. Los escaparates de las tiendas, las casas, los cafés, los colegios, todo está decorado.


Era mi primer Halloween en Nueva York y tenía muchas ganas de descubrir como se celebraba porque sabía que era una de las mayores fiestas en la ciudad. Mi amiga me dijo que tenía que encontrarme un buen disfraz. La gente prepara sus disfraces para esta noche con mucho tiempo pero yo, como siempre, me lo dejé para el último momento.

Unos cuatro días antes me fui a las tiendas de disfraces para ver que cosas se podían encontrar. Mi idea era decidir que disfraz quería y creármelo yo misma porque el disfraz mas simple te costaba un ojo de la cara y no estaba yo como para gastos tontos. Después de mirar y mirar, pedir consejo a mis amigos, buscar en Internet, elegí uno sencillo: diablesa. Volví a darme una vuelta por las tiendas para ver que cosas había para diablesa. Los disfraces de la tienda consistían en unos veinte centímetros de tela roja, el vestido, unos cuernos, un rabito y el tridente, los mas sofisticados llevaban una peluca roja, “¿y por esto mas de cuarenta dólares?” Con ese trozo de tela me hacía yo un guante, nada más. Así que decidí comprarme un vestido rojo, unos zapatos de tacón negros y comprarme el pack que se vendía de los cuernos y el rabito, quince dólares.

Me volví loca para encontrar un vestido rojo pero al final lo conseguí horas antes de la fiesta y solo por doce dólares. Me acerqué a la tienda de disfraces a comprar el resto. Cuando voy caminando hacía la tienda veo que hay mucha gente en la calle, pensé que había pasado algo. Cuando me acerco más veo que es una cola y que es la cola de la tienda de disfraces. Vale ya se que es obvio que el día que empieza todo va a haber cola para los mas rezagados, como yo, pero es que algunas de las tiendas de disfraces habían estado abiertas durante los últimos días veinticuatro horas. No tenía más opción que hacer la cola así que la hice. Había un puerta, como en una discoteca, que según salían tres dejaba pasar a otros tres. Treinta minutos en la calle esperando y yo pensando que como no encontrase los cuernos y el rabito en esa tienda que no podía ir a otra tienda porque ya eran las seis de la tarde y la fiesta empezaba a las nueve y yo tenía que llegar a casa, mas de media hora en metro, ducharme, arreglarme y volver a bajar a la fiesta.

Cuando entré en la tienda no se podía ni andar. Como yo ya había estado el día anterior sabía donde estaban los cuernos y los rabos, nada de tridente que se iba a hacer incómodo con la copa. Lo cogí rápidamente y me puse a hacer la cola para pagar. En total desde que llegué a la cola en la calle hasta que salí de la tienda pasó más de una hora, ¡Y todo para comprar unos cuernos y una colita!

Me fui corriendo a casa, me duche, me disfracé, me arreglé y me fui.

Un estudiante, un par de años mayor que yo, me había invitado a una fiesta con sus amigos en un sitio muy conocido. Habían reservado parte del local así que me dijo que cuando llegara a la puerta le avisara y pasaría gratis. No iba a ir sola porque todavía no le conocía muy bien a este chico y porque además él iba a estar con sus amigos y yo no quería estar allí como de prestado, todos americanos claro y yo con mi inglés de Alfredo Landa. Así que le dije a una amiga si quería venir conmigo y cuando le dije donde era me dijo que genial porque llevaba mucho tiempo queriendo ir a esa discoteca y que si encima pasábamos gratis que perfecto. Así que llamé al chico y le dije que iba con una amiga y me dijo que perfecto, que cuando llegara a la puerta le llamara y salía a por nosotras.

No era la noche de Halloween pero aquí se celebra la víspera de la víspera de Halloween, la víspera de Halloweeen y luego, si aun te quedan fuerzas, Halloween. Por eso no me esperaba que fuera a haber tanta gente.

De mi casa al metro...No me lo podía creer, ¡el ochenta por ciento de la gente con la que me crucé iba disfrazada! Niños, adolescentes, gente joven, no tan jóvenes, los perros, las madres, abuelos con gorros de colores o gafas extrañas.


Unos  disfraces muy graciosos y nada comunes, algunos de hecho no tenía ni idea de que iban pero luego me explicaban que eran los protagonistas de una película muy famosa de los años treinta, otros superhéroes, otros de cosas que se habían inventado…Muy gracioso.


Cuando cogí el metro aquello era una fiesta, todo el mundo hablando con los otros sobre los disfraces, haciéndose fotos, cantando…

Llegué donde había quedado con mi amiga y cuando la vi me quedé alucinada. Llevaba un pelucón de drag queen con una corona, un vestido de época y unas alas de hada. Le pregunté como había creado ese disfraz y que significaba. Me dijo que fue a una tienda de segunda mano y que al ver el vestido supo que era perfecto para Halloween y que además solo costaba veinte dólares, después fue a una tienda de pelucas y que le encantó esa peluca pero que le había salido un poquito mas cara de lo que había pensado, ochenta dólares, y que luego al probarse todo en casa vio que el disfraz quedaba un poco soso así que cogió unas alas que tenía de otro disfraz en casa y se las puso. Y yo, “pues yo no podía gastarme dinero así que he ido a lo rápido y barato, aunque mi tiempo me ha costado” “¡Pero el resultado está muy bien!” me dijo. Supongo que el maquillaje y los tacones ayudaron.

Llegamos a la discoteca y llamé al chico este. No contestaba. “Voy a llamarle otra vez porque imagino que con la música no oye el teléfono” y tanto que no lo oía que nos quedamos veinte minutos en la puerta venga llamar venga llamar y nada. “Joder…¿Qué hacemos?” le dije a mi amiga “Pues nada, nos va a tocar pagar” “¿Perdona cuanto cuesta entrar?” “veinticinco dólares” “¿Con copa?” “No hay copa incluida en el precio y el ropero es obligatorio” me respondió en plan robot. “¿Entramos o que?” “¡Venga vamos a entrar!” Pagamos y entramos.

Yo no sabía si había entrado en un cabaret, estaban rodando uno de los videoclips de  Britney Spears (que por cierto luego me dijo el chico este que de hecho el último se rodó allí) o en la mansión de PlayBoy.


Animadora sexy, enfermera sexy, hasta aquí todo mas o menos esperable pero además, árbitro sexy, ama de casa sexy, bombera sexy, abejita sexy, vampiro sexy, pirata sexy, policía sexy, colegiala sexy, romana sexy, monja sexy (si lo viera la directora del colegio al que fui), marinera sexy, angelita sexy y por supuesto diablesa sexy que yo a su lado parecía Santa Teresa de Calcuta, de sexy ni la s.

Seguía llamando al chico pero claro, cuando entramos me di cuenta de que era imposible que escuchara el móvil. El sitio era genial. La decoración muy lograda y la música me encantó. Muchísimo ambiente y la gente bailando a lo salvaje, normal, estaban todos caldeaditos. Había dos plantas y la música en cada planta era diferente. Estaba lleno de gente y pensé que iba a ser imposible ver a mi amigo así que nos quedamos en la planta de abajo mi amiga y yo bailando a nuestro aire. Al rato recibí un mensaje de mi amigo diciéndome que no había oído mis llamadas, que subiera a la planta de arriba y que allí nos encontraríamos porque iba a esperarme justo en la escalera. Así que eso fue lo que hicimos.

Por fin le encontramos. Nos presentó a sus amigos y amigas y pasamos la noche con ellos. La verdad es que sus amigas iban mas normalitas, bueno algunas, otras seguían la moda de “lo que fuera” sexy.

A las tres de la mañana o así nos fuimos de la fiesta porque aun quedaba mucho Halloween que celebrar al día siguiente y estábamos agotadas.

Al día siguiente nos volvimos a disfrazar, yo con el mismo, mi amiga se cambió, y nos fuimos a una de las calles más decoradas de todo Nueva York. La gente incluso decora sus casas como pequeñas casas del terror para que la gente pase o para que los niños hagan el tradicional truco o trato. Es la calle sesenta y nueve en el Upper West Side.


La mayoría de las casas de esta calle estaban decoradas por sus propios dueños pero de una forma espectacular, cientos de personas pasando por allí, muchísimos niños con sus cestitas de caramelos, nada de disfraces sexys, esta celebración es mas familiar.


Chuches gratis para todos e incluso un señor salió de su casa con una bandeja de brownies recién sacada del horno para ir dando pedazos a la gente que pasaba por allí, yo pasé casualmente dos veces J Me encantó este ambiente.

Lo único malo es que estaba lloviendo pero aun así había mucha gente en la calle.

Después nos cogimos el metro y nos fuimos al tradicional desfile de Halloween del Greenwich Village y a la que asisten miles de personas para desfilar con sus disfraces o para ver el desfile. El metro estaba lleno, era increíble, no se podía respirar bien, yo estaba súper agobiada y le dije a mi amiga que nos bajáramos y fuéramos andando, mi amiga ni caso. Así que apunto de que me diera un jamacuco, llegamos a la estación y salimos todos del tren.

En este caso los disfraces eran mucho más originales de lo que había visto. Era como gran concurso pero en el que el único premio era que la gente te parase por la calle para decirte lo original que era tu disfraz o para hacerse una foto contigo. Fue súper interesante.


Allí estuvimos un par de horas viendo el desfile y paseando por las calles de alrededor para acabar en un restaurante español a recargar pilas con una buena cena y una sangría. Después de horas y horas por la calle andando bajo la lluvia estábamos caladas así que nos fuimos a casa a eso de las dos.

Fue un fin de semana súper divertido y curioso, lo pasé muy bien y vi varias formas de celebrar Halloween, cada una muy interesante.


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miércoles, 13 de abril de 2011

QUE ME ESCUPAN EN LA CARA, LITERALMENTE

SOHO, ese barrio lleno de vida con muchos  restaurantes y bares de moda, gente siguiendo la última tendencia vistiendo, decenas de localizaciones de películas, lugar de shopping obligado para los que están a la última, o a la penúltima y, una de las cosas mas emblemáticas de la zona, la “oficina” de Marta.

En una de las esquinas de la calle mcdougal, una calle preciosa con muchos sitios muy interesantes, se encuentra situada mi “oficina”. Un restaurante al que voy al menos tres veces a la semana para encontrar a uno de mis estudiantes. Ya tenemos nuestras mesa reservada, los camareros nos saludan por nuestro nombre, nos sabemos el menú de p a pa y es genial porque tenemos nuestra zona silenciosa pero con un trato exquisito y buena comida a mejor precio.

Un lunes cualquier me dirigía a mi clase en este restaurante. Salí de la parada de metro, West fourth, y me compré un paquete de chicles en el kiosco que hay justo según sales en las canchas de baloncesto. Yo tan feliz con mis chicles, abriendo el paquete y cogiendo uno mientras andaba al cruce. Cuando llego al cruce y me quedo esperando hasta que se ponga en verde para los peatones, me meto el chile en la boca y alzo la cabeza. En ese momento veo pasar a un hombre de entre unos treinta y cinco-cuarenta años en bicicleta y cuando llega a mi altura me mira y me escupe y sigue pedaleando. A cámara lenta veo como un escupitajo viene hacia mi y yo flipándolo consigo mover un poco la cara de tal forma que el escupitajo no me dio en toda la cara, que os donde magistralmente lo había dirigido el cerdo montado en bici, pero noté como me rozó ligeramente el carrillo izquierdo.

No me lo podía creer, ¡¿Me había escupido ese hombre?! Si hubiera querido escupir por el hecho de quitárselo de encima por estar haciendo ejercicio en la bici, como los futbolistas y demás, es un poco asqueroso pero bueno, que escupa en la acera como todo el mundo hace por aquí ¡¡pero no a alguien en la cara!! Así que estaba claro que había sido a posta.

La mujer que estaba a mi lado, americana de unos sesenta-setenta años, se quedó mas sorprendida que yo y me empezó a decirme que lo sentía mucho que como podía haber sido capaz de hacer eso el tío asqueroso y que si me había dado el escupitajo.

Me toqué la cara con la mano para ver si me había dejado el gargajo ahí pero no tenía nada, solo me había rozado, pero luego nos dimos cuenta que había un poquito, menos mal que era poquito, de gargajillo en mi pelo. ¡Que asco! Yo con cara de quiero vomitar y la pobre mujer quitándomelo con un clinex. Que asco…lo pienso y me pongo mala…

Sigo sin entender como puede haber gente tan asquerosa que te escupa en la cara y se quede tan tranquilo. Lo más curioso es que cuando llegué a mi clase con una cara de asco que no veas, le conté la historia a mi estudiante, americana de mas de sesenta y cinco años, y me dijo que esas cosas pasan aquí. No se sorprendió ni nada y me dijo que no era algo extraño…Y yo flipando aun mas.

Y me quejaba por que la gente no para de escupir en la acera. Ahora me alegro de que decidan escupir en la acera y no a la gente. ¡Que asco!


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