martes, 26 de noviembre de 2013

NUEVA YORK, COMO EN CASA

Creo que cualquier persona que conozca Nueva York estará de acuerdo conmigo en que es una ciudad llena de magia, que te permite soñar e incluso desarrollarte a nivel personal y profesional de una forma mucho más rápida que cualquier otro lugar en el mundo.

Lo cierto es que, en mi caso, lo que mas me impresiona de esta ciudad es que, aunque hacía mas de dos años que no volvía, siempre te sientes como en casa, como si nunca te hubieras ido.

Con mi memoria de pez, es sorprendente que me sintiera en la ciudad como pez en el agua. Recordaba como llegar a todas partes, como moverme en el metro, esos restaurantes o bares a los que me gustaba ir. Como si el tiempo se hubiera parado y todo hubiera estado esperando para cuando yo volviera.

Además de esto, la sensación que te da estar en un vagón de metro con asiáticos, afroamericanos, latinos, blancos, escuchando tres idiomas diferentes al mismo tiempo y que todo eso sea algo cotidiano, a mi me encanta.

Tenía mucha gente que ver, muchos amigos con los que hacer planes y solo una semana y media para hacerlo.

La boda de mi amigo:





Exposiciones de arte:





Encuentro con los amigos:





Compras por la ciudad:





Ser invitada al brunch en la Hispanic Society:





Paseos por la ciudad:





Conocer a nuevos miembros de mi familia americana:




Y muchas otros planes viendo al máximo posible de mis amigos, cenando, comiendo, quedando para tomar algo por la noche, miles de planes. Una locura de días pero que merecieron la pena sin duda.

Si a esto le sumas, una nueva proposición de trabajo en la ciudad, ver como me acogía todo el mundo y me decía que me echaban de menos y que volviese y lo bien que me sentía en Nueva York, tengo que reconocer que dudé si dejar todo y volverme de nuevo a continuar mi experiencia en esta ciudad.

La tentación fue grande la verdad pero, después de analizar las cosas olvidándome un poco de las emociones tan intensas, me di cuenta de varias cosas. 

Lo primero, en esta semana y media que pasé allí, todo el mundo hacía por verme, porque a la mayoría hacía años que no los veía. Esto no es así en el día a día de Nueva York. Todo el mundo está muy ocupado, trabajando tantas horas y haciendo tantas cosas que es difícil encontrar un rato para este tipo de cosas.

Además, creo que ese ciclo se terminó y que, aunque me haya quedado con un recuerdo tan bueno y me sienta tan bien en la ciudad, sería un poco volver atrás. 

Quizás ahora no puedo recordar bien las razones por las que decidí irme de Nueva York, pero está claro que las había. Prefiero ni recordarlas. Simplemente, quedarme con la sensación tan increíble de volver a la ciudad donde viví una parte de mi vida y sentirme como en casa, mantener esa conexión casi eléctrica con la ciudad y ver que, a pesar del tiempo y de la distancia, sigo teniendo muy buenos amigos allí, gente que me quiere y a la que quiero, gente que seguirá siendo parte de mi vida, espero, para siempre.

¡Gracias Nueva York por todo lo que me diste, me has dado y me darás!






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