jueves, 25 de abril de 2013

MI PRIMERA NOCHE A LA ITALIANA CON ITALIANOS

Todo el mundo tiene algún conocido en Roma, si no directo, amigo de amigo. En mi caso, un amigo de Madrid que estuvo viviendo una temporada en Roma me pasó el contacto de un amigo romano. 

El chico, muy agradable, me escribió y me dijo que si quedábamos para tomar algo. Yo acepté claro, porque parecía muy simpático, para conocer gente nueva y encima alguien de Roma, probablemente el único romano que conoceré en Roma jejeje

Me insistió en pasarme a buscar a casa en coche a eso de las diez de la noche. Le dije que no era necesario, que podíamos quedar en cualquier sitio a una hora pero él me dijo algo que me encantó "Aquí en Italia es normal ir a recoger a la chica a casa. Nos preocupamos de vosotras, sonrisita" Y como yo lo último que quiero es que alguien se preocupe por mi innecesariamente le dije que perfecto.

Me mandó un mensaje cuando llegó y bajé. Un chico encantador, además bastante mono, que nada mas entrar me dijo "¡Que bien! ¡Por fin nos conocemos!" "Bueno, el plan que he preparado para hoy es llevarte a conocer los lugares mas bonitos de Roma por la noche y llevarte a tomar un helado a mi heladería favorita en Roma, ¿Qué te parece?" 

La verdad es que el plan no era gran cosa la verdad...¿A quien le gustaría conocer los lugares mas bonitos de Roma por la noche de mano de un romano guapo que te lleva y te trae en coche y que además quiere llevarte a su heladería favorita? A mi no desde luego.... :)

Mientras hablábamos y nos íbamos conociendo un poco mas, pasábamos por los lugares mas emblemáticos de Roma pero que por la noche parecían diferentes, muchos de ellos con aun mas encanto. Il Colosseo, Los foros, Piazza Venezzia... En un momento para la conversación bruscamente y me dice "¿Estas preparada?" Y sin darme si quiera tiempo a responder allí me encontré una de las imágenes mas asombrosas que había visto en mucho tiempo. Giro de calle y de repente una gran avenida que a unos metros tiene la silueta de La Plaza y La Basílica de San Pedro tenuemente iluminada. Impresionante.

Aun con la boca abierta por la imagen pero con ganas de probar ese helado del que tanto hablaba Daniele, aparcamos el coche al lado de El Vaticano y fuimos a una pequeña heladería, llamada Old Bridge, donde, a pesar de ser casi las once de la noche de un día normal, había cola para pedir.




El helado mas pequeño es el cucurucho pequeño con tres bolas, el que me pedí yo, pero no solo eso, por el mismo precio te ponen nata montada por encima. Auténtico helado italiano, cremoso, delicioso y todo eso ¡solo por un euro y medio! ¡Por favor póngame diez para llevar!

Nos tomamos el helado sentados en una plaza y después fuimos caminando hasta la Plaza de San Pedro para ver bien de cerca la basílica. Es preciosa, la plaza en si, la basílica, el entorno, las columnas...



Pero la noche romana seguía y nos estaban esperando. "¡Vamos que nos están esperando!" me dijo Daniele. "¿Quién?" pregunté. "Mis amigos nos esperan en un bar" "¿Pero tus amigos hablan español o inglés?" "No...¡Pero no te preocupes!"

Pues ala, "the lost to the river" a conocer a los amigos italianos. De camino al bar, que estaba muy cerca del barrio judío, pasamos por callecitas y plazas abarrotadas de gente, bebiendo en la calle (se ve que aquí es legal). Campo di Fiori, un mercado de comida y flores por el día, a rebosar de terrazas y gente en la calle. ¿De donde sale tanta gente?

Llegamos al bar, una cervecería donde fabrican sus propias cervezas pero que además tienen decenas y decenas de tipos de cerveza, con una decoración muy interesante y llena de gente, Open Baladin.




Presentaciones a sus amigos y me toca sentarme al lado de un italiano bastante guapo,  moreno, fuerte, muy arregladito vestido pero informal y me dice Daniele que se va al baño. ¡Vaya situación! Yo sin saber que decir, mas que nada por que no me iban  a entender...Viene el camarero y me pregunta que quiero...Yo pensando tierra trágame. Medio hablando con el chico guapo en inglés consigo pedir y cortar un poco el hielo. Aparece Daniele, ¡salvada!.

Al principio no me enteraba de nada, Daniele tenía que traducirme, pero poco a poco empecé a prestar mas atención, la cerveza empezó a volverme medio italiano y acabamos hablando ellos en italiano y yo contestando en español y así todos nos entendíamos.

Me lo pasé muy bien. Fue la típica cosa que si la piensas no la haces pero como fue repentino me lancé y me alegro. Acabamos brindando por mi y por mi italiano y les hice la promesa de que la próxima vez que les viera hablaría algo de italiano. Tengo que estudiar...

Pero aquí no acabó la noche. Cuando cerraron el bar a eso de las dos y media, los amigos de Daniele se fueron a casa y nosotros seguimos con nuestra ruta nocturna por Roma.

Pasamos por la Piazza Nabona y Daniele me contó algunas curiosidades de los monumentos que allí hay. Después callejeamos hasta llegar al Puente Sisto, un precioso puente de piedra que une la ciudad con el Trastevere. Desde aquí, vimos unas bonitas vistas de la cúpula de San Pedro y de toda la rivera del río.

De vuelta al coche, caminamos por otras callecitas empedradas con luces a medio gas que daban un aire entre romántico y película de misterio.

Daniele me llevó a casa después de una noche auténtica italiana, con italianos, dejándome sana y salva en el portal, tal y como aquí es costumbre.



Otras entradas que te pueden interesar:





viernes, 19 de abril de 2013

TOMAR EL APERITIVO ITALIANO

Tomar el aperitivo en Italia es una de las costumbres mas extendidas del país. Esta deliciosa tradición comenzó en 1786, en Turín, cuando Antonio Benedetto creó el vermut. Le fue un poco complicado comercializar la nueva bebida así que decidió acompañarla con algo de comer y así empezó a ser cada vez mas popular. Desde entonces, el aperitivo se extendió por toda Italia, aunque en el norte hay mas tradición.

Ahora el aperitivo se ha convertido en una excusa perfecta para tomar algo con los amigos después de salir del trabajo. Por que, comparado con el típico español, el aperitivo en Italia es por la tarde, entre las siete y las nueve mas o menos.

Básicamente consiste en pagar una consumición, que puede ser cerveza, vino, mojito, el famoso Spritz (que yo lo probé en Venecia hace un par de años y me supo a rayos, pero para gustos los colores...) o cualquier otra cosa, y tienes acceso al buffet de comida de picoteo donde puedes comer lo que quieras. 



Puedes encontrar pastas, arroces, diferentes ensaladas, sanwiches, cuscus, tortillas, fruta, quesos, embutidos, pizzas...Sales cenado...Aunque los italianos son mas discretos cogiendo, toman alguna cosilla y luego la mayoría llega a casa y cena, pero los españoles....Llevamos unas montañitas de comida en el plato que si echas un granito mas de cuscus todo se te viene abajo. Menos mal que se puede repetir todas las veces que se quiera porque con esos mini platos de plástico...

El precio suele variar entre los cinco y los diez euros, depende de donde esté el sitio y de la comida que sirva. Estos son los lugares mas recomendados para tomar el aperitivo en Roma:

Freni e Frizione: el ambiente es muy agradable y, cuando hace buen tiempo, la gente se sale a la plaza donde se encuentra el bar para comer y beber. 

Bar de lla pace: un clásico en Roma donde se puede encontrar actores y famosos italianos de moda.

Doppio zeroo: cabe destacar la gran cantidad de dulces que ofrece.

Momartcafe: con su excelente buffet y un horno de leña que no para de sacar pizzas.

Friends: con un ambiente bastante internacional.

Y también hay zonas con bastantes bares buenos para el aperitivo como La Piazza Navona, Campo Dei Fiori, Via del Governo Vecchio y la Via della Croce y todo el Trastevere.

Otra opción es en Pourquoi, en el barrio de San Lorenzo que es donde yo vivo. Es un pequeño paraíso de la cerveza donde tienen un menú de cinco páginas para que elijas la que mas te gusta. También sirven cocktails. 

Aquí es donde me llevó mi compañera de piso, María, para tomar mi primer aperitivo en Italia, pero seguro que no el último. Yo me tomé una cerveza muy dulce de color rosado y María una cerveza muy amarga y fuerte de un color oscuro, hay para todos los gustos.

El buffet estaba delicioso, comida muy variada y rica. Al principio cuando llegamos no había mucha gente así que te daba un poco de vergüenza ponerte como un kiko...Pero una vez que empezó a entrar gente, repetimos una y otra vez hasta que ya no podíamos mas.



¡Esto del aperitivo mola! Creo que será una costumbre que no me costará adquirir :)


Otras entradas que te pueden interesar:





jueves, 11 de abril de 2013

IMPRESIONES DE MI PRIMER DÍA EN ROMA

Después de facturar, pasar el control de seguridad, subirme al avión, bajarme del avión y coger el autobús que me llevaba del aeropuerto a la ciudad como una autómata sin darle mayor importancia o emoción, de repente, empezó a sonar una canción italiana en la radio del autobús, de estas canciones que, aunque no entiendas, tienen mucho significado para ti, que nunca antes has oído y que solo volverás a oír en un bar meses o incluso años después y que te hará sonreír y recordar ese momento con ternura y casi con la misma emoción que empiezas a sentir justo ahora ya que despierta tus sentidos y te dice "Aquí empieza todo". 

Solo en ese momento, me di cuenta de que empezaba una nueva aventura y que ya había llegado al destino, Roma. Un escalofrío recorrió mi cuerpo poniéndome la carne de gallina y los pelillos de punta. ¡Que bonita sensación! Espero que todo esto no fuera porque el conductor pusiera el aire acondicionado...

Antes de llegar a Roma, contacté con una española que alquilaba la otra habitación del apartamento donde vivía. Me gustó bastante la habitación que alquilaba y el barrio así que reservé la habitación para pasar unos días allí y decidir si me gustaba o no.

María, la chica española, insistió en venir a buscarme a la estación de tren y así ir juntas hasta casa, a unos quince minutos andando. Cuando bajé del autobús allí estaba. Un corto camino charlando sobre el viaje nos llevó a casa, el típico edificio italiano de techos altos e infinidad de escaleras, ¡quinto piso sin ascensor! Menos mal que María me ayudó...

La casa me encantó, tal y como la había visto en las fotos aunque aun mas grande. ¡Tenemos hasta un balconcillo! En mi habitación, bastante grande, unas margaritas naturales en la mesilla dándome la bienvenida :)



"¿Prefieres cenar en casa o tomamos algo fuera?" Me preguntó María. "Estoy un poco cansada pero no tengo nada de comida así que si quieres cogemos una pizza en la calle y..." "¡No! ¡No te preocupes por eso! Hacemos algo de pasta que tengo y ya está..." Mientras me hacía un poco a la casa, sacaba lo imprescindible y demás, María me cocinó unos deliciosos y auténticos tallarines carbonara (con huevo, nada de nata) en un santiamén que acompañó con la típica birra Moretti. ¿Se puede tener un mejor recibimiento?

Contándonos la una sobre la otra, nos dieron la una y media de la mañana. María teniendo que trabajar al día siguiente y yo cansada de tanto trajín, nos fuimos a dormir. "¡Mañana mas!" pensé, y me fui a la cama con una sensación de agotamiento pero a la vez de emoción porque todo había empezado tan bien que no podía seguir de forma diferente.

A la mañana siguiente deshice la maleta y recogí mis cosas mientras de fondo escuchaba la radio italiana con "solo canzoni in italiano". Hacía un día espléndido y me moría de ganas por ir a dar una vuelta así que miré el mapa y me dirigí hacía el Coliseo.

Es curioso lo diferente que ves un lugar al que vas a visitar por turismo y al que vas para vivir una temporada. Quizás es porque tienes toooodo el tiempo del mundo para pararte a mirar, para pensar en lo que ves, para ver mas allá de lo obvio... Yo estaba como en una nube, como en una peli pero claro, ¿quien no? Roma es así, tan romántica, tan...italiana...

Entre pequeñas callejuelas con encanto, escondidas para los turistas pero dispuestas a ser descubiertas por quien tenga un poco mas de curiosidad o tiempo, aparece frente a mi el coliseo.




Pero no solo tenía enfrente el Coliseo, también tenía cientos de turistas, un montón de autobuses que traían aun mas. Las guías gritaban en varios idiomas "ragazzi!" "ale ale ale" y otras frases que no sabría como escribir (koreano, chino, alemán...), un tráfico caótico que no te dejaba ni cruzar por el paseo de peatones, bueno, si te dejaba, pero bajo tu responsabilidad, y los legionarios romanos del siglo XXI posando con los turistas por una propina. Roma turística en su estado puro.




La idea era dar solo un paseo por la zona del Coliseo pero entonces ves los foros, la plaza de Vittorio Emanuelle II y sigues y sigues caminando atraída por algo que ya has visto pero que aun así te sigue sorprendiendo. Por el camino te cruzas con monjas y curas de todas razas y colores, pero incluso te puedes encontrar a otro tipo de ¿monjes? intentando ganarse la vida.




Redescubres lugares donde ya habías estado, haciendo un esfuerzo por recordar como se llegaba a ellos y olvidándote del mapa, simplemente caminas, por que si te pierdes, lo que peor que puede pasar es que encuentres algún bonito rincón así que me arriesgo  encantada.


De vuelta a casa, paro para comprar una tarjeta de teléfono italiana.  En medio de la compra, aparece el típico italiano moreno, con las gafas de cristales de policía, fuerte, con una camiseta de tirantes y me habla en italiano. Le digo que no le entiendo y me pregunta de donde soy. "Española!, las españolas sois muy calientes!" me dice en italiano...Y yo me quedo con cara de..."hola???!! así es como entabláis una conversación???!!" pero no...Lo mejor estaba por llegar. Me pregunta si estoy soltera o casada, saca su guitarra de la funda y empieza a cantarme en español "Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez..." y yo con una vergüenza, parecía Heidi, con los mofletes colorados y mi cara de esto no puede estar pasando... Al final acabamos el dependiente, otro cliente y yo medio cantando con él. ¡Bienvenida a Italia!


Otras entradas que te pueden interesar: