martes, 25 de marzo de 2014

EXCURSIÓN DE UN DÍA A ORVIETO DESDE ROMA

A solo una hora y cuarto en tren desde Roma se encuentra un precioso pueblo medieval donde respirar tranquilidad paseando por sus encantadoras calles de piedra. Su nombre es Orvieto.

Está situado en lo alto de un acantilado lo que hace la primera vista del pueblo algo épico, como de un libro de caballeros. Un funicular lleva desde la estación de tren al centro de la ciudad en un par de minutos.




Nada mas llegar allí notas el ritmo lento, respiras el aire fresco y admiras la belleza del entorno. Callejuelas empedradas con pequeñas zapaterias, librerías, restaurantes y tiendas con productos de la zona. Algo auténtico de verdad.






Da gusto pasear por sus calles despacio, sin prisa, simplemente disfrutando de sus arcos, sus callejones escondidos y sus casas antiguas con flores en los balcones.





Hasta nos encontramos con Pinocho sentado en un banco pasando la mañana mientras veía pasar a la gente...





Cuestas que suben, cuestas que bajan. 






Dejándote llevar por una de ellas, llegas a un mirador en la parte opuesta a la estación de tren con unas bonitas vistas del campo con sus cipreses de fondo. Un lugar perfecto para sentarte al sol y tomarte un bocadillo.






También hay un Orvieto subterráneo. Cuevas en la piedra que transcurren por debajo de la ciudad, un Orvieto oculto.

Pero lo mejor de la ciudad estaba por llegar. Con los ojos cerrados, me dejé guiar por mi amiga, que ya había visitado la ciudad antes, confiando en su palabra "cierra los ojos y verás... Yo te aviso". Así que eso hice. "Un poco mas, ya llegamos. Espera, ya puedes mirar". Y entonces abrí los ojos y me quedé impresionada.






Ahí estaba, una de las catedrales mas bonitas que había visto nunca. No era muy grande, pero sus colores la hacían muy especial. Me quedé admirándola durante unos minutos, sorprendida  y encantada por tener algo así delante de mis ojos. Una arquitectura bonita, al estilo cebra como digo yo, y su preciosa fachada. Pero además, el entorno. 

La catedral está situada en lo alto de una montaña. Detrás de ella solo se ve el cielo azúl. Está rodeada por una plaza muy bonita de gran amplitud con una torre del reloj.






Un día perfecto, relajante y con la mejor compañía. Un lugar excelente para desconectar de la gran ciudad y vivir la Italia auténtica sin prisas.



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domingo, 23 de marzo de 2014

ESCAPADA CUATRO DÍAS A MALTA

Malta, ese pequeño país desconocido situado al sur de Sicilia con influencia árabe, italiana en inglesa. Una mezcla curiosa que no había visto en ninguna otra parte del mundo.

Cuando unas amigas nos dijeron que se mudaban allí, no nos lo pensamos dos veces y cogimos los billetes para ir a verlas. 

Nuestro hotel estaba situado muy cerca de una de las zonas de marcha, Paceville y a pocos minutos andando de una playa preciosa.



Al llegar a medio día, nos sorprendió mucho que no había mucha gente por la calle, que había un par de clubs de alterne cerca, y que se mezclaban hoteles, bares y restaurantes muy cuidados, estilo Ibiza, con casas antiguas medio derruidas o un poco abandonadas del estilo marroquí... ¡Vaya contraste! 

Luego nos dimos cuenta de que esto ocurre en toda la isla. La mezcla de lo nuevo, lo moderno, con las casas viejas, algunas cuidadas, otras bastante abandonadas. También nos dimos cuenta que esa zona cobraba vida de noche. ¡Ya te digo si cobraba vida! Eso era un hormiguero...

El primer día fue una toma de contacto. Caminamos por el paseo marítimo que pasa por Spinola bay y St. Julian´s bay hasta llegar a Sliema, donde hay bastantes bares de diseño con cartas de cocktails muy originales, comida asiática y ambiente chill out.





Nos tomamos algo por allí y volvimos hacia la zona donde estaba nuestro hotel donde no cabía ni un alfiler. Lo curioso es que la mayoría de la gente que había eran chavales muy jóvenes, de unos dieciocho años, de todas las nacionalidades, que van a Malta a estudiar inglés, o eso es lo que les dicen a sus padres porque lo que hacen es pasarse la noche de juerga de lunes a lunes. ¡Y eso que aun era temporada baja!






Un par de copas, un bailoteo y a dormir que nos esperaba un día de turismo completo.

La mejor idea para recorrer este país es alquilarse un coche (recuerda que allí el volante está a la derecha). Hay servicio de autobuses pero tarda muchísimo en los desplazamientos a pesar de que las islas son bastante pequeñas. En cuanto a las carreteras, no están muy bien señalizadas así que recomiendo hacerse con un mapa para llegar bien a los sitios.





Nosotros alquilamos un par de coches para dos días y la verdad es que nos vinieron genial para ir a nuestro aire. Nos dio tiempo para visitar los lugares imprescindibles de Malta:

Marsaxlook: un pequeño pueblo de pescadores encantador cuyo puerto está lleno de tradicionales barquitos de colores con ojos pintados para llamar a la buena suerte.





Los domingos en este pueblo se hace el mercado del pescado. Recién traído del mar se vende en pequeños puestos donde comprarlo a buen precio. También puedes comer ese pescado y marisco fresco en cualquiera de los restaurantes del puerto. Nosotros comimos en un restaurante con buena comida, buen trato, buen precio y con unas vistas preciosas.





Atardecer en Dingli: un acantilado de fácil acceso desde donde ver uno de los mejores atardeceres de Malta.





Mdina: antigua capital del país llena de palacios antiguos que de día bulle lleno de turistas pero que al caer el sol se convierte en un conjunto de estrechas calles de piedra silenciosas entre murallas.




Valletta: actual capital donde aun quedan restos monumentales de diferentes épocas. Gran cantidad de gente por sus calles a cualquier hora del día y unas vistas preciosas desde el parque de la entrada a la ciudad.





Comino: es una pequeña isla a la que se puede llegar alquilando un pequeño barco en el puerto de Cirkewwa (donde se coge el ferry para Gozo) por unos 10€ por persona que te dejará en una pequeña playa con el agua mas cristalino que jamás habrás visto. Espectacular: Bluee lagoon.





El corto trayecto en barco hasta llegar a esta isla es precioso. El mar va tomando diferentes tonalidades azules según avanzas y las cuevas que te encuentras de camino te hacen imaginar épocas de sirenas, piratas, tesoros...





Atardecer en Golden bay: una playa muy tranquila donde dar un paseo, tomar el sol o sentarse a disfrutar de la vista con un par de chiringuitos donde comer o tomar algo. Precioso atardecer desde aquí.



Popeye´s village: este curioso pueblo que parece de juguete fue donde se rodó la película de Popeye hace décadas y aun lo mantienen tal y como se dejó para visitarlo como una pequeña aldea situada en una bahía de aguas turquesas.






Malta, además, es uno de los mejores destinos del mundo para hacer submarinismo y snorkeling. Dos de nuestros amigos lo hicieron y repetirán en unos meses así que supongo que les gustó.

No hay que olvidar tampoco la importancia en la isla de La Orden de los Caballeros de Malta que aparecen representados por todas partes, sobre todo la cruz de las ocho puntas.

Personalmente me parece muy interesante la historia de esta orden de caballeros religiosos, y mas, después de conocer en Roma ese mágico lugar que aun pertenece a los caballeros de Malta.





Nos quedó por visitar Gozo así que me temo que tendré que volver... ;)




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martes, 11 de marzo de 2014

ESCAPADA CINCO DÍAS A LONDRES

No hay nada mejor para conocer una ciudad de verdad que visitar a gente que vive allí. La parte "turística" no era lo que me interesaba de este viaje. Lo que quería era pasar tiempo con amigos y conocer sitios diferentes, especiales.

A pesar de querer evitar la típica ruta, hay que reconocer que Londres es una ciudad muy bonita, y merece la pena darse un paseo por el centro. 

Visita obligada al mítico Big Ben, La Catedral y La Abadía de Westminster, El Parlamento, y, de camino a Trafalgar Square, ver la casa del presidente, las caballerizas reales con su cambio de guardia un tanto curioso... y las famosos cabinas de teléfonos rojas. 


Dar una vuelta por la National Gallery y acabar llegando a Piccadilly Circus, que recordaba mas grande.


Y la otra parte de la ciudad siempre agradable de recordar es el paseo por el río pasando por La Catedral de San Pablo y llegando a la Torre de Londres, cruzando por el Puente de la Torre para pasear por el otro lado de la rivera del río.


Pero lo que mas me gusta de Londres son sus barrios tan diferentes. Entre algunos de ellos:

El Soho, con sus calles estrechas con casas típicas británicas, lleno de restaurantes y pequeñas tiendas con encanto. Aquí encontré algo que no había visto en mis visitas a Londres. Un centro comercial en el típico edificio inglés antiguo con maderas cruzadas. Algo sacado de un cuento de hadas.


El Barrio chino, repleto de restaurantes asiáticos, sus leones y su arco rojo de entrada al barrio, pero con un aspecto bastante cuidado con respecto a otros barrios chinos donde he estado. Comimos en un buffet Hong Kones, otra cosa que nunca había hecho antes, por unos 15€ al cambio que no está nada mal en Londres.


Covent Garden, con sus míticos pubs, sus tiendas y sus calles peatonales, donde encontramos un secreto de Londres que tampoco conocíamos. Un pequeño callejón con casas de colores, conocido como Neal´s Yard, escondido en una callejuela.


Y el quizás mas conocido, Camden Town. Otro de los lugares a los que hay que ir aunque ya lo hayas visitado. 


Siempre encontrarás algo que comprar y, si no eres de muchas compras, podrás probar alguna de las comidas internacionales que ofrece el mercado a buen precio. 

Pero, como Londres es así, Camden Town nos tenía dos sorpresas preparadas. Uno de los mejores sitios de la ciudad para comer el tradicional fish and chips, llamado Poppies, donde los uniformes de los camareros y toda la decoración es estilo años 40-50, cuando fue abierto el primero de estos restaurantes. El pescado muy fresco y rico en un ambiente divertido.



Y, dentro del mercado de Camden, otro mercado cubierto llamado Stables Market. Unos antiguos establos donde trabajaban también los herreros que se han rehabilitado para ser ahora otro mercado. Merece la pena visitarlo. Se pueden ver perfectamente los establos de madera con sus puertas originales y gran cantidad de esculturas equinas de tamaño natural.



La última vez que visité Londres fue hace diez años, pero la ciudad está igual, solo he notado que con mucha mas gente, y no me refiero a las zonas turísticas. Es curioso recordar, después de tantos años la ciudad como si fuera ayer, decir "me suena que por aquí se llegaba a..." y que llegues, cuando además eres una persona con memoria de pez crónica o"dorismo". 

Pero para lugares interesantes, a los que nos llevaron nuestros amigos, los que viven en/y la ciudad de verdad:

-Scooter Cafe: un lugar auténtico y original donde la decoración se basa en la Vespa y un toque un tanto decadente pero encantador. 


-Ritzy Cinema: que no es solo un cine si no, un bar, restaurante con terraza donde puedes reservar salas para fiestas privadas. Subes las escaleras para ir al baño y, sin darte cuenta, abres la puerta equivocada y acabas viendo una peli con palomitas y todo en la mano... Curioso y divertido.


-Brixton Village: justo al lado del Brixton Market, mercado de verduras, frutas y demás de barrio de toda la vida, se encuentra este otro mercado cubierto donde hay tiendas diferentes, muy interesantes y decenas de pequeños restaurantes de todas las nacionalidades donde disfrutar de buena comida a buen precio aunque, es posible que te toque esperar cola si no has reservado.


-También en el barrio de Brixton, uno de los muchos bares que hay en las típicas casas inglesas pero este con una peculiaridad y es que, al pedirte una copa, te la meten dentro de una bolsita de papel con chuches, además del regaliz de colores de dentro de la copa. 


En este pub también, quizás no ocurre solo en este, vimos sobre la una de la mañana, a grupos de jóvenes tomando té, de una macro tetera que parecía la de Alicia en el país de las maravillas. ¿Hora del té para el trasnochador...?

Pero, sin duda, lo mejor del viaje, poder disfrutar de todo esto con amigos. Reencuentro con amigas que hace mucho tiempo que no ves, paseos con otros por el centro... Y no necesitamos ni salir a la calle, una casa donde juntarnos y un wok de pasta para todos, con unas cuantas botellas de vino y dulces ingleses. Pasar la noche de risas, sin importar si estas en Londres, en Roma o en Kuala Lumpur, si no, con quien estas. Por que al final, eso es lo que importa, compartir estos momentos únicos, sean donde sean, con amigos. Esto es lo que hace un viaje inolvidable como este. ¡Gracias!




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