A solo una hora y cuarto en tren desde Roma se encuentra un precioso pueblo medieval donde respirar tranquilidad paseando por sus encantadoras calles de piedra. Su nombre es Orvieto.
Está situado en lo alto de un acantilado lo que hace la primera vista del pueblo algo épico, como de un libro de caballeros. Un funicular lleva desde la estación de tren al centro de la ciudad en un par de minutos.
Nada mas llegar allí notas el ritmo lento, respiras el aire fresco y admiras la belleza del entorno. Callejuelas empedradas con pequeñas zapaterias, librerías, restaurantes y tiendas con productos de la zona. Algo auténtico de verdad.
Da gusto pasear por sus calles despacio, sin prisa, simplemente disfrutando de sus arcos, sus callejones escondidos y sus casas antiguas con flores en los balcones.
Hasta nos encontramos con Pinocho sentado en un banco pasando la mañana mientras veía pasar a la gente...
Cuestas que suben, cuestas que bajan.
Dejándote llevar por una de ellas, llegas a un mirador en la parte opuesta a la estación de tren con unas bonitas vistas del campo con sus cipreses de fondo. Un lugar perfecto para sentarte al sol y tomarte un bocadillo.
También hay un Orvieto subterráneo. Cuevas en la piedra que transcurren por debajo de la ciudad, un Orvieto oculto.
Pero lo mejor de la ciudad estaba por llegar. Con los ojos cerrados, me dejé guiar por mi amiga, que ya había visitado la ciudad antes, confiando en su palabra "cierra los ojos y verás... Yo te aviso". Así que eso hice. "Un poco mas, ya llegamos. Espera, ya puedes mirar". Y entonces abrí los ojos y me quedé impresionada.
Ahí estaba, una de las catedrales mas bonitas que había visto nunca. No era muy grande, pero sus colores la hacían muy especial. Me quedé admirándola durante unos minutos, sorprendida y encantada por tener algo así delante de mis ojos. Una arquitectura bonita, al estilo cebra como digo yo, y su preciosa fachada. Pero además, el entorno.
La catedral está situada en lo alto de una montaña. Detrás de ella solo se ve el cielo azúl. Está rodeada por una plaza muy bonita de gran amplitud con una torre del reloj.
Un día perfecto, relajante y con la mejor compañía. Un lugar excelente para desconectar de la gran ciudad y vivir la Italia auténtica sin prisas.
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¿Pinocho se puso así por la emoción? ;)
ResponderEliminarNo no, cuando lo encontré ya estaba así.... :P
EliminarTu si que vales!
ResponderEliminar:)
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