Mostrando entradas con la etiqueta como. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta como. Mostrar todas las entradas

sábado, 19 de marzo de 2011

COMO LLEGUÉ A NUEVA YORK

Había llegado a ese momento en el que teniendo una buena vida sentía que no era feliz y que estaba viviendo una vida que no quería.

Llevaba unos cuantos meses apática y sin ganas de nada. Mi vida era tan monótona que me asqueaba hacer todos los días lo mismo a pesar de que las cosas que hacía me gustaban pero supongo que no lo suficiente.

Me pasaba las horas en Internet buscando experiencias de personas que alguna vez se habían sentido como yo o visitando este tipo de páginas que te dan consejos para ser más feliz.

Necesitaba estar sola y poder desconectar totalmente de la gente, de las ideas de lo que se suponía que tenía que hacer y de la preocupación que podía dar a los míos verme así. Estuve pensando como podría desconectar. Necesitaba pensar que es lo que realmente quería hacer con mi vida. Mi pasión es viajar así que pensé que esta sería la mejor forma.

Consideré varias ciudades. Quería una ciudad grande, que no estuviera muy cerca de Madrid para que la gente no viniera a visitarme, quería estar sola para poder pensar y ser yo misma.

Solo iba a ir por dos meses y tenía el suficiente dinero ahorrado para sobrevivir pero si podía encontrar algún trabajo aunque fuera unas horas a la semana mejor. Sabía que en lo único que podría trabajar durante el verano, solo dos meses y en un país extranjero era como camarera, niñera o profesora de español así que me informé en Internet sobre que ciudad tenía mas demanda de estas profesiones y encontré que en Nueva York había mucha gente que quería aprender español y muchos restaurantes españoles, muchos mas que en las otras ciudades en las que estaba pensando. Así que decidí que Nueva York era una buena ciudad. Lejos, interesante, de habla inglesa y con mayor probabilidad de trabajo, perfecta.

Ya había estado un par de veces en la ciudad como turista y me había gustado mucho. Así que pensé que sería divertido pasar el verano aquí. Empecé a mirar billetes de avión, tema de visado, de alojamiento, foros con consejos…

Estaba decidido, me iba a Nueva York dos meses. Ahora solo tenía que decírselo a mis padres que sabía que iban a pensar que se me había ido la cabeza pero ya estaba decidido.

Un día cuando estábamos cenando en casa mi hermana, mi padre, mi madre y yo de repente lo solté “¿sabes que? Creo que este verano me voy a ir por ahí sola para vivir una aventura y para ver si soy capaz de valerme por mi misma” dije. “¿pero donde te vas a ir anda? Con lo bien que estas aquí y en verano en la playa con todos” dijo mi madre. “Ya mamá pero necesito algo diferente y siento un poco de angustia dentro y no se lo que es pero tengo la necesidad de irme, quiero pensar que quiero hacer con mi vida” respondí. “Que tontería, ¿y te tienes que ir fuera para pensar que quieres hacer con tu vida?” “Si mamá porque así no tengo la presión de vuestras opiniones, estoy yo sola y decido teniendo en cuenta lo que yo realmente quiero”.

Mi hermana es una persona muy responsable que normalmente hace lo que debe hacer, lo correcto, y pensaba que no iba a tener su apoyo porque iba a pensar que era una tontería de las mías pero me dejó con la boca abierta cuando dijo: “mamá a lo mejor no es tan mala idea, si quiere irse que se vaya, son solo dos meses, además le puede venir bien para estudiar inglés”. Creo que mi hermana sabía que no estaba pasando por una buena época y que realmente necesitaba desaparecer por un tiempo. Si mi hermana decía que no era tan mala idea mi madre iba a pensárselo y no iba a descartarlo como una tontería que me había venido a la cabeza de repente. Ellos no sabían que llevaba mucho tiempo pensando que podía hacer para sentirme mejor y tampoco sabían que dijeran lo que dijeran yo me iba a finales de junio a Nueva York.

Pasé dos o tres semanas preparando todo el viaje. Tenía que comprar el billete de avión pero estaba dejándolo pasar porque yo misma no sabía si estaba haciendo una locura y por eso no quería comprarlo hasta estar segura porque una vez que comprara el billete no habría vuelta atrás.

Se acercaba la fecha que había decidido para irme pero tenía miedo. Quizás me estaba precipitando con la decisión o no era la correcta, no conocía a nadie en la ciudad y el único contacto que tenía allí era el amigo de un amigo de mi hermana. Empecé a pensar que todo había sido una estupidez y que era mejor que me quedara en España. ¿Qué iba a hacer yo sola en Nueva York?

Cuando casi había decidido que no iba, me llegó un correo de Adrián, el amigo del amigo de mi hermana:

“Che Marta, ¿Cómo andas?, hace tiempo que no se de vos. Te espero aquí, solo dime si queres que vaya a buscarte al aeropuerto y no dudes en quedarte en mi casa unos días si vos lo necesitas. Un abrazo, Adrián”.

Si, es argentino. A penas le conocía, habíamos intercambiado cuatro o cinco correos con preguntas como porque quería ir a Nueva York, cuales eran los barrios que me aconsejaba…Pero en ese momento sentí como si él supiera que necesitaba el último empujoncito para dar el paso, era justo lo que necesitaba así que me metí en el buscador de vuelos y diez minutos mas tarde me había comprado el billete de avión para Nueva York. Siempre estaré en deuda con Adrián por ese correo a tiempo, sin el probablemente no estaría aquí.

Era curioso como una persona a la que no conocía me había hecho decidir algo tan importante. Yo creo en las señales y para mi ese correo fue claramente una.

No sabía muy bien que iba a pasar conmigo en esta locura de ciudad pero estaba preparada para vivir la experiencia de mi vida y sin duda, hasta ahora, lo ha sido.

Quien me iba a decir que dos meses se iban a convertir en casi dos años, de momento. Todas las cosas que me fueron ocurriendo después fueron las culpables de que me quedara. Os las iré contando.

 

Algunas entradas que te pueden interesar: