Sus vagones son muy viejos, algunos huelen bastante mal y durante el fin de semana el servicio es malísimo. Es un poco caro, $2.25 el billete sencillo. Tiene sus propios habitantes, las ratas. ¡Ratas al gusto!: grandes, pequeñas grises, negras, en las vías, en los andenes, comiendo, corriendo, en el peor barrio, en la quinta avenida…
Tiene servicio veinticuatro horas y puedes moverte a cualquier parte de la ciudad muy rápido. Encuentras estaciones de diferentes líneas en todas partes. Puedes viajar a las tantas de la madrugada y siempre va a haber gente, de hecho, dependiendo de la línea, puede que cojas el metro un martes a las tres de la mañana pensando que vas a estar sola y sorprendente cuando al entrar en el vagón hay tanta gente que te toca quedarte de pie.
En el metro de Nueva York puedes encontrar mariachis, niños de unos siete años tocando el piano de una forma magistral, una familia con siete hijos cantando música gospel, un señor chino tocando un instrumento que nunca antes habías visto, bailarines de hip hop que hacen acrobacias en los vagones entre estación y estación, vagabundos pidiendo dinero, chicos jóvenes que venden caramelos y chocolatinas para sacar dinero para sus equipos de baloncesto, predicadores anunciando el mensaje de Dios, o que Dios está llegando, o que Dios está aquí o incluso que Dios es él.
Personas en invierno en pantalones cortos o personas vistiendo ropa que sería anticuada para la bisabuela de nuestra tatarabuela, o gente vistiendo ropa que parece recién aterrizada de Marte. Aquí no importa que el negro y el verde se muerde, que cuadros con rayas no pega, que la ropa de verano es para el verano y la de invierno para el invierno, que lleves una peluca de color naranja estilo drag queen mientras estas vistiendo unos náuticos, por supuesto con calcetines blancos, con una camiseta que dice “Fuck You”, unos pantalones vaqueros rotos y una chaquete de aviador. Aquí todo vale y nadie te va a mirar o criticar tu forma de vestir. Esto me encanta, y no porque yo fuera la de la peluca naranja, si no porque cada uno es libre de vestirse como quiera. Para mi es un símbolo de libertad y de respeto y esto es una de las cosas que mas me gusta de esta ciudad.
La primera vez que vine a vivir a Nueva York vivía en Brooklyng y tenía que cruzar todos los días a Manhattan. Era impresionante cada mañana, con el ojo pegado y un sueño que no veas, cruzar el puente hacía Manhattan y ver el puente de Brooklyng y la ciudad con todos esos rascacielos y laberintos de calles de las que tú ibas a ser parte en cuestión de minutos. Imagínate esto recién llegada a Nueva York y con mi canción favorita sonando en el mp3. Parecía que estaba en mi cama en Madrid soñando en lo bonito que sería vivir eso. Pero no, ¡estaba allí! Yo era la protagonista de ese sueño y si, el tío que estaba sentado al lado roncando como un poseso estaba apoyando su cabeza en mi hombro y no en el hombro de una guapa actriz en una peli. ¿Puede haber algo más idílico?
Pero lo que mas me gusta del metro de esta ciudad es la cantidad de amigos que puedes hacer. Todo el mundo me habla. Parece que llevo un cartel pegado “háblame por favor, estoy deseando escuchar tu historia”.
Recuerdo una vez que iba empanada en mis asuntos, no había sido un día muy bueno y eran las diez de la noche o así. Estaba deseando llegar a casa. Iba escuchando música en mi mundo. En esto que veo un hombre de unos ochenta años, bajito y poca cosa hablándome a un palmo enfrente mía y que la gente me estaba mirando. Pensé “¡Ya la he liado!” “¿Qué he hecho ahora?”. El hombre seguía hablando así que me quite los cascos y le dije que perdonase, que no le había escuchado lo que me había dicho.
“No te preocupes, solo te preguntaba si estas bien. Tienes la cara un poco triste pero tienes que estar contenta porque puedo ver algo diferente en tus ojos, algo que no mucha gente tiene así que deberías ser feliz por ser especial”
Yo me quedé pensando “¡¿Qué?!”. No sabía que decir, no esperaba que me fuera a decir eso, esperaba que me fuera a echar la bronca por no darme cuenta y no dejarle sentarse en mi sitio al ser tan mayor.
La gente de alrededor estaba como esperando mi respuesta pero yo estaba que no sabía ni donde estaba así que lo único que se me ocurrió responder fue “Muchas gracias”.
El señor mayor sonrió y me dijo “Nunca lo olvides, tienes algo especial”. Y se fue.
Yo seguía con cara de “¿Dónde está la cámara oculta?” mirando de un lado para otro mientras la gente me miraba. Supongo que estarían pensando “Yo no veo nada diferente en sus ojos…como no sean las ojeras que tiene” Pero después empecé a pensar que eso había sido supe bonito y que, aunque mis ojos no tienen nada diferente, me había hecho sentir especial.
Otra vez un hombre me pregunto de donde era y, al decirle que de España, empezó a contarme su historia. Él era de Croacia, había vivido en España, después se había ido a Rusia y después acabó en Estados Unidos. Llevaba ocho años viviendo en Nueva York. Me gustó mucho una frase que me dijo “Viaja y vivirás”. Pienso como él pero nunca lo había resumido tanto como en esta frase.
Un día el metro se estropeó, fin de semana por supuesto, y me tocó subir a andando hasta la estación siguiente, veinte calles…En la estación se me acercó un chico a hablar. Yo pensaba “¡Por dios otro loco no!” y la verdad es que puede que un poco loco estuviera pero tuve una conversación muy interesante con él mientras caminábamos hacía la otra estación. Extraterrestres, conspiración, asesinatos organizados de presidentes norte americanos. Cuando llegué a casa estaba segura de que a JFK lo había matado un extraterrestre con aspecto humano manipulado mentalmente por el gobierno norteamericano para hacerlo.
Además me he encontrado con tantas personas conocidas en el metro de Nueva York. No me pasa en Madrid donde he vivido más de veinticinco años y me pasa aquí en menos de dos años. Me he encontrado con cinco o seis compañeros de la academia, con un par de mis estudiantes de español, con el padre del niño al que cuido los sábados por la noche…Hasta me encontré con una estudiante que tuve que me debía dos clases y no volví a saber de ella y un día en la parada de metro de Times Square, donde hay cientos de personas cada hora, me la encuentro de frente. Imagínate mi cara, pero lo mejor, ¡imagínate la suya! “Marta lo siento, he estado muy ocupado estas últimas semanas y se me olvidó llamarte. Además te debo algo de dinero, ¿no? No tengo dinero ahora ni mi chequera pero dame tu dirección de casa y te envío un cheque mañana mismo. ¿Has visto tú el cheque? Yo tampoco.
Pero una de las historias más graciosas que me han pasado en el metro fue cuando mi prima vino a visitarme. Habíamos ido a tomar algo y era como la una de la mañana después de estar todo el día pateando y de unas cervezas. Estábamos sentadas una al lado de la otra así que mi prima se sentó un asiento mas allá y apoyó su cabeza en mis rodillas. No estaba dormida ni nada, solo estaba descansando. En esto que el tren para en una estación y entra por la puerta un policía gritando, ¡gritando a mi prima! Todo en inglés y mi prima sin entenderle.
“¡Donde te has creído que estas! ¡Levanta ahora mismo! ¡Fuera del vagón!” Y yo, “¡Hay dios mío que nos han confundido con alguien y nos llevan a la cárcel!” y mi prima no paraba de preguntarme “¡¿Qué dice?! ¡¿Qué dice?! Y yo “¡espera espera!” Yo preguntándole al policía que estaba pasando y el policía no paraba de gritar y de decir que le diéramos nuestras identificaciones. Varias personas fuera del vagón mirando que es lo que pasaba porque el policía le había dicho al conductor del tren que no continuara hasta que él no le diera la orden.
“Dame tu DNI” le dije a mi prima. Le dimos nuestros DNIs y de repente se le cambió la cara. “¡Ah! Sois españolas…¿Sabéis que no podéis tumbaros en los asientos del tren?” y yo “Si lo sentimos mucho, mi prima solo estaba apoyándose un poco encima mía pero no tenía intención de dormir en el tren” “Bueno bueno, que no se vuelva a repetir. ¡Ya puedes continuar!” le gritó al conductor del tren. Mi prima con los ojos desorbitados sin saber que había pasado, la gente volvió al vagón y nosotras también. Recuerdo que una chica americana que estaba sentada enfrente nuestra y que había visto todo me dijo “Perdonad, esto no es normal. Ese policía era un gilipollas” y yo “asjdhajdhnjfkhjdfakdjakdgjksdf” sin poder ni hablar después de los nervios. Nos dejó más espabiladas que si hubiéramos dormido doce horas del tirón. Esa noche, insomnio.
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Genial tu blog. En agosto nos mudamos a NYC. Nos ayudará mucho leerte!.Ánimo con todo.
ResponderEliminarSi que daría para un blog el tema del metro...
ResponderEliminarQue majo el señor del metro ¿no?
El susto que os tuvo que dar el policía tuvo que ser de aupa.
Te sigo leyendo :)
Yo también te sigo leyendo, Clara, la que te escribió de madrugada desde los madriles ;-)
ResponderEliminarMe alegra saber que sigues escribiendo (confieso que he mirado el blog cada día hasta hoy! Es leer "NY" y ya no paro).
Me he reído mucho con la "super comida" de la cebolla con pan (me pasó algo así en Alemania, digamos que media salchicha y pan, jajaja).
Estuve hace años en NY pero de turista, mi sueño es irme allí, por eso me encantaría saber tu historia de principio a fin ;-) Cuando visité la ciudad aluciné con el metro, yo soy de las que llevan el cartel de "soy un alma perdida, háblame de tu religión"... jajaja.
Feliz semana!
Un abrazo,
Clara.
PD: el comentario del señor del metro es para escribirlo y enmarcarlo para verlo todos los días
Yo cuando fui a NY no cogi el metro... pero la proxima visita, si que lo hare! Por cierto, que polícia más imbecil no? He descubierto tu blog a traves de Spaniards (me meto muy de vez en cuando). Me encantaria hacer lo mismo que tu, ir a vivir a NY, me apasiona!!
ResponderEliminarPor ultimo, el titulo de tu blog es super original,jaja. Un saludo de Belli
madre mia...
ResponderEliminarGenial tu blog!!ayuda mucho a la gente que como yo estamos deseando irnos a vivir experiencias nuevas e inquietatntes a NY!!!gracias y sigue asi!!
ResponderEliminarun beso!
Pablo
Muchas gracias JVMM os daré pistas con mis aventuras de lo que podréis encontrar aquí cuando lleguéis pero cada persona es un mundo así que preparaos para vivir algo único y jamás contado :)
ResponderEliminarRita el señor del metro me dejó pensando en la frase días y días…El policía también :)
Clara gracias por estar ahí también, en mi ciudad querida. Me gusta mas la idea de media salchicha que de media cebolla, hubiera matado por media deliciosa Bratwurst :)
Belli…necesitas coger el metro de Nueva York la próxima vez! Nunca se sabe que puede ocurrir…jejeje
El título del blog tiene doble sentido, uno que soy un desastre y yo no estoy preparada para esta ciudad porque no soy nada fashion victim y dos porque tengo el pelo muy largo y rizado y a veces es indomable, siempre estoy bromeando sobre mi pelo con mis amigos y familia :)
Pablo muchas gracias! Yo seguiré compartiendo mis aventuras en el blog para los que no podéis estar por aquí, por ahora al menos porque nunca se sabe…, para que disfrutéis (y sufrais también un poquito) conmigo
A todos, ¡Gracias por estar ahí!
me encanta todo esto es una maravilla sigue asi
ResponderEliminarEl metro de NY me encanta! Al principio me pareció algo lioso... pero me acostumbré rápido. Claro que solo he estado allí 11 días... Genial el blog!
ResponderEliminarGracias "ánonimo" y Alex :)
ResponderEliminarHola Marta, encontré ayer este blog por casualidad y la verdad que me encanta. Soy periodista en paro y estoy pensando en hacer una aventura como la tuya, me encantaría tener valor. Una pregunta: ¿desde cuando llevas allí en Nueva York? Muchas gracias y ánimo,igual te escribo un privado para preguntarte cosas.
ResponderEliminarInés
Martha quiza ya no ves este blog, pero quise escribirte... me voy a nueva yoek y voy por mi cuenta sin conocer a nadie, es la primera vez que viajo ahi, tienes alguna recomendacion? Planeo quedarme en brooklyn en williamsburg... que tan seguro es ahi, soy una chica y me causa un poco de temor viajar sola... algun tip que deberia tomar en cuenta?
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