Después del altercado de la noche anterior que duró hasta mas de las doce de la noche y con el despertador sonando a las cuatro y media de la mañana, el comienzo del día no fue con alboroto y felicidad, mas bien con agotamiento y un poco disgustadas y para colmo estaba cayendo la de dios...
A Machu Picchu se puede subir andando o en autobús. Si quieres subir andando, vas a tardar mas o menos una hora y media, no es muy fácil y las puertas de acceso no abren hasta las seis de la mañana. A mi me hubiera gustado subir andando pero estaba lloviendo muchísimo y el camino de subida iba a estar embarrado así que decidimos pagar los $8 que costaba el autobús para subir.
No solo había que ir, pagar el autobús y subir. Había que hacer una larga cola hasta que la taquilla abriese para comprar el billete y coger uno de los primeros autobuses para poder subir a tiempo para ver amanecer en Machu Picchu.
Así lo hicimos, cola bajo lluvia, compra de billetes y conseguimos entrar en el primer autobús.
Después de unos veinte minutos subiendo por una carretera llena de eses de un solo sentido pero que era utilizada como una de doble, llegamos a la puerta del parque que aun no había abierto. Ya había gente que había subido andando, nada fácil después de ver el camino, y afortunadamente había dejado de llover.
Al poco de llegar, abrieron el parque y caminamos durante unos tres cientos metros pasando por estrechas zonas por las que había que pasar con cuidado hasta llegar al primer punto donde se puede contemplar el Wayna Picchu con las ruinas de la ciudadela de Machu Picchu con una bruma que le daba un aspecto mágico, legendario, místico que dejaba sin aliento a todas las personas que iban llegando.
Las treinta o cuarenta personas que estábamos allí con esas maravillosas vistas solo para nosotros pudimos disfrutar del cambio de noche a día pero sin ser tan claro como el amanecer que esperábamos debido a la neblina sin embargo, fue maravilloso poder disfrutar del parque tan poquitas personas ya que poco después la gente hacía largas colas para entrar.
Poco después fuimos al punto donde debíamos encontrarnos con nuestro guía, el cual nos explicaría por unas dos horas muchas curiosidades sobre este lugar tan único como que aquí fue el único lugar donde los españoles no fueron capaces de llegar cuando conquistaron Perú por lo que quedó tal y como era cuando los habitantes decidieron abandonarlo por miedo, como que el 80% del parque estaba al exterior pero que aun quedaba un 20% soterrado bajo la selva que aun no ha sido limpiada.
La guía, una chica bastante joven que nos explicó todo impecablemente bien y con todo tipo de detalle, nos enseñó hasta el mas escondido recoveco de la ciudadela, pasando por pequeñas grietas abiertas entre paredes, visitando los palacios, las terrazas donde cultivaban, la zona donde las llamas campaban a sus anchas, actualmente también, y muchos mas interesantes lugares llenos de historia.
Como había estado lloviendo durante toda la noche y parte de la mañana, el suelo estaba húmedo y la mayoría de las zonas por las que hay para andar es tierra, que estaba un poco embarrada, o piedras, que resbalaban un poco, por lo que no era muy fácil subir a según que zonas, eso y que además hay mucha altura entre la zona alta y la zona baja. Sin duda es necesario ir con calzado adecuado, aunque se veían personas en chanclas...sin comentarios. Algunos hasta llevaban los clásicos bastones de senderismo.
Nunca me había pasado antes pero hubo en ciertas zonas en las que me temblaban las piernas al subir y me daba un tremendo vértigo que a veces me hacía pararme y cerrar los ojos o mirar a otro lado para no perder el equilibrio porque hay muchas zonas por las que hay que subir que a un lado tienes muro mas o menos alto de piedra pero por el otro lado lo único que tienes es el abismo, un profundo abismo, precioso por su verde vegetación, que te hace perder el equilibrio al mirar.
Aunque estaba prohibido comer y beber en el parque, entre otras cosas, había una especie de cabañitas donde la gente se paraba a comer algo. Un bocata, hasta había unos haciéndose una ensalada cortando el pepino y todo. Como a nosotras nos negaron el desayuno que habíamos pagado en el hostal, tuvimos que tirar de la fruta fresca que afortunadamente habíamos comprado en Ollanta.
Horas paseando por allí, millones de fotos intentando captar todo lo maravilloso de ese lugar, imposible completamente en una foto. hasta que vimos una esplanada en la zona mas alta desde se veían las vistas clásicas de las postales, posters y demás y allí nos sentamos a admirar la grandeza de Machu Picchu.
Nos fuimos poniendo mas cómodas, mas cómodas...Hasta que estábamos tan cómodas que, después de solo haber dormido cuatro horas y de llevar mas de cinco horas sin parar de andar por el parque y escuchando a un guía que explicaba a unos escolares cosas sobre Machu Picchu, nos quedamos dormidas frente al Wayna Picchu, quizás soñando estar en otra época.
Tres cuartos de hora después abrimos los ojos al mismo tiempo y nos dimos cuenta de que nos habíamos quedado dormidas. Comimos un poco mas de fruta y nos miramos de nuevo aquella postal que teníamos frente a nosotras.
Gotita a gotita fuimos dándonos cuenta de que estaba empezando a llover. Decidimos bajar antes de que lloviese mas y se pusiese mas peligroso bajar. último vistazo y despedida del lugar mas impresionante que, hasta hoy, he visto en mi vida.
Digo que vinieron malos momentos después de la subida al monte porque las estafas no acabarían en el hostal de Aguas Calientes...No merece la pena ni comentarlo pero ridículo. No solo a nosotras, lo peor es que según conocíamos o coincidíamos con mas gente todos contaban algo que les había pasado similar a nosotras, como les habían intentado engañar o como lo habían hecho y mucho peor en el caso de las personas que no hablaban español, al menos nosotras lo hacíamos...
Después de la visita de Machu Picchu, tres horas de retraso del tren, dos horas y pico en tren, una hora y pico de autobús (con estafa de nuevo) y llegada a Cuzco para dormir un par de horas y coger un taxi hacia el aeropuerto.
Me quedo con esta maravillosa postal de Machu Picchu con la que me quedé dormida, soñé y me desperté:
Otras entradas que te puedan interesar:
Impresionante.
ResponderEliminarHola Marta. Soy Chema.
ResponderEliminarQue tal?... Ya veo que algun que otro problemilla y sinsabores no?... Pero bueno... tomatelo como anecdotas... y disfruta del viaje (que esto creo que si que lo haces).
Pero la verdad es que hay cosas y situaciones que te sacan de quicio verdad?.
Yo tuve alguna expeciencia al ir de viaje pero en Europa que se supone que es mas seguro, etc...
y sobre el viaje, fijate que a mi nuca me ha atraido viajar a sudamérica pero me estas haciendo que me pique el gusanillo je je.
Y Machu Pichu debe de ser uauuuuuuuu
Bueno, voy a seguir trabajando... puajjjj
Un abrazo y un beso muy grande.
Si Chema, a veces hay cosas que te quitan las ganas pero bueno, definitivamente las cosas buenas superan con creces las malas anécdotas...Merece la pena! Un abrazo!
ResponderEliminar