jueves, 13 de septiembre de 2012

KUALA LUMPUR, ME ESPERABA ALGO MAS

Tras nuestra mítica última noche en Tailandia, nos cogimos el ferry que nos llevaba hasta Ko Samui, donde cogeríamos un avión. Antes de ir al aeropuerto aprovechamos para hacer una parada de unas 3 horas en una bonita playa para despedirnos de aquello. Fue una despedida triste, muy triste...

La llegada a Malasia no fue exactamente una triunfada. Llevábamos medio día volando, desde Ko Samui a Phuket y desde Phuket a Kuala Lumpur, y era la una de la mañana cuando cogimos un taxi que nos llevaba a nuestro hotel, reservado la semana anterio. Acordamos con el taxista el precio, por supuesto nada de taxímetro. Estábamos cansadas, tristes, con los mochilones, deseando llegar al hotel...

Cuando llegamos a la puerta del hotel le damos los 80 Ringgits que nos había dicho en el aeropuerto y nos dice que él no había dicho 80, había dicho ciento ochenta. ¡Mentira! ¡dijo eighty! Nosotras teníamos solo 100 Ringgits que habíamos cambiado en el aeropuerto y unos pocos euros porque nos habíamos quedado sin efectivo así que le explicamos que él había dicho 80 y que además se pusiese como se pusiese no teníamos mas dinero...

Nos acompaña al hotel para que nos tradujera el recepcionista. Le damos nuestra reserva al recepcionista y nos dice que como es el final del ramadan, Malasia es un país mayoritariamente musulmán, todos los hoteles/hostales de la ciudad están completamente llenos y que ellos, por que les ha salido del percebe, han dado nuestra habitación a otras personas...

Casi las dos de la mañana y nosotras en la calle con los mochilones, un agotamiento y una incertidumbre de andar por las calles de una ciudad desconocida llena de ratas cruzándose, vagabundos, olores desagradables y, el taxista que nos había traído del aeropuerto siguiéndonos para saber a que hotel íbamos y así pasarse a cobrar el resto del dinero al día siguiente.

Unos taxistas muy simpáticos nos dijeron varios hoteles donde probar, todos llenos. También nos dijeron el precio real al aeropuerto, 80, no 180. Nos veíamos en un parque haciendo tiempo hasta que se hiciera de día jugando con las ratillas al tres en raya...

De repente alguien nos dice por la espalda "Excuse me!" Nos damos la vuelta y es una chica extranjera que nos explica que les ha pasado exactamente lo mismo hacía un par de horas y que habían conseguido encontrar un hotel con habitaciones libres. Las dos y media de la mañana y nosotras en la calle, con mas miedo que sueño. Solo me faltó besarle un pie. ¡Gracias a toda esa gente que te encuentras en tu camino y que te ayuda cuando mas lo necesitas! ¡Gracias por ese espíritu de hoy por ti mañana por mi! ¡Gracias!

Llegamos al hotel que nos habían indicado y quedaban habitaciones... Hubiera oro (mas bien plata por problema de fondos...) por esa habitación pero es que encima eran 30€ la noche en un hotel súper chulo.

Descansamos muy bien, así que teníamos suficientes energías para hacer toda la ciudad a patita. La primera parada, Las Torres Petronas.



En si la ciudad no es muy bonita. Sus edificios, sus rascacielos, sus casas, son viejas, sucias y poco cuidadas...Pero al llegar a las cercanías de las torres todo empieza a cambiar. Frente a las torres unas fuentes con unos bancos donde todo el mundo para a hacerse fotos.

La arquitectura de Las Torres Petronas es espectacular hasta para nosotras que no tenemos ni idea de arquitectura. ¡Son una mole! Pero lo que mas nos sorprendió fue su interior. Pensábamos que íban a ser todo oficinas, pero no, en los bajos de las Torres Petronas se encuentra un enorme centro comercial de lo mas cuqui con tiendas de lo mas sofisticadas estilo Gucci, Armani, Zara (por supuesto), Louis Vuitton etc etc pero como nosotras no llevábamos en ese momento calderilla para un bolsito o algo así, preferimos deleitarnos con un grupo de música que tocaba música tradicional en directo. El Centro comercial completamente lleno. Además del centro comercial hay un auditorium, un acuarium, oficinas y muchas cosas mas.

Desde aquí nos dirigimos al centro de la ciudad, justo al lado de nuestro hotel, a Masjid Jamek o mequizta de los viernes. Es una pena porque no pudimos entrar ya que al ser un día muy especial para los musulmanes no permitían la entrada a los turistas no musulmanes a las mezquitas.


Pero nos hizo gracia porque los hombres nos paraban por la calle, e incluso en frente de esta mezquita, para hacerse fotos con nosotras como si nosotras fueramos trofeos o algo así...




Era un sentirte observada constantemente por los hombres, además no había muchos turistas por lo que creo que éramos una atracción para ellos.

Desde aquí caminamos tres minutos hasta la Datran Merdeka, o Plaza de la Independencia que es un espacio público donde la gente se reune y pasea y donde se hacen los desfiles en días festivos, como era el caso.

Desde aquí nos fuimos a una conocida avenida comercial. Jalan Petaling, en pleno barrio chino.




Después de haber pasado casi tres semanas en Tailandia, lo último que queríamos era seguir comprando así que pasamos por allí dando una vuelta y viendo que había pero entre que estábamos cansadas de tanto comprar y que no teníamos ni un duro poco nos llevamos.

En una calle medio escondida, donde menos te esperas que va a haber un templo budista, está un pequeño y pintoresco templo de colores y figuras que parecen hechas de plastelina donde tenías que dajar los zapatos a la entrada para poder pasear dentro de el. 




La última parada fue, tras visitar la antigua estación de la ciudad que mas bien parace un antiguo palacete arabe mas que una estación de tren, la Mezquita Nacional que es la mezquita mas grande y famosa de la ciudad. La pena fue que no pudimos entrar a verla, como nos había pasado en la otra, porque era un día muy especial para los musulmanes y reservaban la entrada solo a los creyentes.




De vuelta al hotel para coger el atillo y dirigirnos al aeropuerto rumbo España, previas 1736132 mil horas de avión, nos pusimos    nuestras mochilas a la espalda y fue entonces cuando nos dimos cuenta de verdad que nuestras 3 semanas de viaje, donde nos lo habíamos pasado tan bien y habíamos conocido a gente tan interesante, se acababan y no solo eso, si no que nos esperaba casi un día entero de vuelo hasta llegar a casa ¡pero no solo eso! Y es que llegaba a casa y doce horas después de llegar ya entraba a trabajar...¡Vaya vuelta a la realidad! Bueno...pero ¿Y todo lo que nos llevábamos de esas tres semanas? :) ¡Vaya viaje!





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3 comentarios:

  1. Bueno...todo se acaba...pero por lo menos lo habéis disfrutado!!! Viajar es un placer...como se suele decir!!!

    Marta

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  2. Por cierto...quería preguntaros si tuvisteis que poneros alguna vacuna para viajar a Tailandia???

    gracias!!!

    saludos
    :)

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    Respuestas
    1. Marta es recomendado vacunarse del tétanos, de la hepatitis A y de la fiebre tifoidea. Échale un vistazo a esto:

      http://nuevayorkyyoconestospelos.blogspot.com.es/2012/08/consejos-para-un-viaje-por-tailandia.html

      Un abrazo! Marta :)

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