Se suponía que el día iba a estar nublado y que incluso iba a llover así que mis amigos y yo no seguimos con los planes previstos de ir a pasar el día a las Blue Mountains. Pero después de comer miré por la ventana y vi que el día no estaba tan mal así que me preparé y me fui rumbo a la playa a hacer el mítico Coastal walk que es un paseo por el borde de la costa que te lleva a diferentes playas, desde Bondi a Tamarama, Bronte, Clovelly y Coogee, unos seis kilómetros que yo me hice andando tranquilamente en dos horas y algo.
Además era el último día de la exposición de esculturas que se hace en este paseo cada año, la llamada Sculpture by the sea, así que no me lo podía perder. Después de cuarenta minutos en bus llegué a bondi, la playa mas conocida internacionalmente de Sydney por ser muy frecuentada por surferos y por haber mucha fiesta en esta zona.
Estaba llena de surferos esperando "la ola" pero se ve que no llegaba porque estuve un buen rato mirando y nada...Seguían en el mar, en sus tablas sentados esperando mientras hablaban.
Comencé el paseo viendo desde lo alto la playa de Bondi, una imagen de postal, y a pocos pasos vi la primera escultura que fue la que más me gustó, la de un cocodrilo en la roca.
Un sinuoso camino de subidas y bajadas con esculturas bastante curiosas me iba llevando de playa a playa y yo venga mirar hacia el mar para ver si veía delfines o ballenas pero nada...
La primera fue la playa de Tamarama que es una playa pequeña pero que me gustó bastante. Mucho mas tranquila que Bondi.
La siguiente fue la playa de bronte que no es tan grande como Bondi pero está muy bien. Lo especialmente bonito de esta playa es que ¡las esculturas la habían invadido!.
Había esculturas curiosas por toda la playa. Un iglú de colores hecho con camisetas y jerseys enrollados. Unas barras de cristal donde se reflejaba toda la playa, un príncipe-rana subido en una bici...
Así que aquí hice una paradita y aproveché para seguir mirando al horizonte para ver si veía delfines o ballenas. La siguiente era la playa de Clovelly pero para llegar a ella el camino pasaba por un cementerio con las vistas mas bonitas del mundo. Esa gente realmente debe de descansar en paz.
La playa de clovelly es la que menos me gustó. Muy pequeña, con muchas algas... Pero lo mejor estaba por llegar...
Cuando estaba en el camino entre Clovelly y Coogee, la etapa final, veo que tengo que subir unas escaleras que parecían que subían al Everest directamente... Empiezo a subirlas y a mitad de camino con la lengua fuera decido parar. Yo soy de las personas que piensa que no hay mal que por bien no venga, aquí tenéis un ejemplo. Gracias a mi mala forma física, comparable con la de una abuelita de noventa años, vale no voy a exagerar, una de ochenta, tuve que parar a mitad de las escaleras haciendo como sí me parase a ver las vistas, ¡mentira! ¡No podía más con mi alma!
Me siento, respiro, hago que miro hacia el mar pero no veía nada más que chiribitas, yo creo que me estaba dando un jamacuco, y cuando creo que estoy recuperando el aliento de repente lo vuelvo a perder...."¿estoy alucinando o es cierto lo que he visto?" Pensé. Espero unos segundos a ver si vuelvo a verlo con el corazón en un puño y ¡Aparece de nuevo!.
¡Tenía enfrente de mi un grupo de ballenas que estaban saltando! No me lo podía creer...llevaba todo el día queriendo ver ballenas o delfines, buscando, mirando en todas direcciones y cuando menos me lo espero, cuando casi no podía ni ver....¡aparecen!.
Me quedé quince minutos mirando como saltaban, con la boca abierta y con una ilusión como una niña. Nadie pasaba por allí en ese momento y yo quería que la gente lo viera. Entonces me di cuenta "¡tienes una cámara de fotos en la mano!" Así que intenté hacer fotos pero cuando aparecía una solo quería mirar así que hacia fotos sin mirar, y después volvía a concentrarme y saltaba otra y yo volvía a dejar de mirar a través de la cámara. Así salieron las fotos que salieron...
Mi moraleja sobre esto es:
1. No busques las cosas, aparecerán cuando menos te lo esperes.
2. Si hubiera estado en forma, hubiera subido las escaleras como Rocky Balboa y me hubiera perdido esta maravilla, por consiguiente, ¡el deporte no es bueno! Jajaja, ¡es broma!, por consiguiente, no hay mal que por bien no venga.
Las ballenas se fueron y yo seguí mirando un rato por sí volvían pero no lo hicieron. Terminé el camino hasta Coogee más feliz que una perdiz, con una sonrisa de oreja a oreja.
La playa de Coogee era la última. Una playa mucho mas tranquila que Bondi pero que como playa no tiene mucho que envidiar. Creo que a mi es la que mas me gusta de todas las de esta zona, y más después de haber visto las ballenas por aquí...
El paseo me encantó, lo recomiendo para jóvenes, para mayores, familias con hijos, parejas de enamorados, gente desanamorada que necesita respirar, para solitarios, para gente que le gusta correr, para los que tienen perro, para los turistas, ¡Para todos!.
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Vaya, qué coincidencia! Hace una semana y pico que estuve en Sydney para una estancia en la UNSW y tenía el alojamiento en Coogee :) La verdad es que no podía haber elegido mejor el sitio para relajarme después de estar todo el día encerrado en el laboratorio! Estuve por mandarte un mail para un café, pero con decirte que no me dio tiempo ni a ir al centro te puedes imaginar... :S Eso sí, si me tengo que volver a ir de estancia me pillo un par de días más para darme una vuelta por Sydney al menos!!
ResponderEliminarMe alegra que estés exprimiendo tu tiempo por Sydney!
Un abrazo.
Cooper, la próxima un café! Busca un hueco :) Un abrazo!
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