martes, 4 de octubre de 2011

CRISTO REDENTOR, PLAYA DE BOTAFOGO, COPACABANA, LAGOA Y SAMBA EN EL BARRIO DE LAPA

Con las pilas recargadas nos levantamos, el Cristo Redentor nos esperaba. Sabíamos situarlo porque lo habíamos visto desde varios puntos de la ciudad pero no sabíamos como llegar. Con la suerte que nos caracteriza, la recepcionista nos explicó que desde el hotel andando había unos tres cuartos de hora así que decidimos ir andando para ver otros barrios de la ciudad por el camino.

El paseo, bastante ameno, nos dejó ver mas sobre la vida en esta ciudad y nos llevó a una calle en cuesta donde vimos el trenecito que nos llevaría hasta la cima de Corcovado, donde se encuentra el Cristo.

Allí encontramos turistas pero muchos menos de los que pensábamos y la mayoría de ellos brasileños. Compramos nuestra entrada, 30 reales (unos 12€) y esperamos a que llegara el siguiente trenecito.


No sabíamos muy bien lo que nos esperaba, solo que hasta llegar al Cristo deberíamos tener unas maravillosas vistas de la ciudad  y no nos defraudó. El trenecito sube por montaña empinada atravesando un bosque muy frondoso que pertenece al Parque Nacional Tijuca donde se pueden ver árboles y frutas desconocidas para la mayoría de nosotros. Da un pelín de miedo porque el trenecito se ve que es medio viejo y por algunos tramos va por el borde mismo de la montaña de tal forma que si miras por la ventana lo que ves debajo es nada. Eso si, las vistas, cuando la vegetación te permite verlas, son increibles.


El trayecto se hace muy ameno, sobre todo en la parte que unos samberos entran en el tren a tocar samba y hacen participe de la fiesta a los pasajeros.

Una vez llegado arriba, tienes todas esas vistas que habías intuido o medio visto a través de los árboles abiertas todas para ti. Río por aquí, Río por allá, todo Río y de repente, una imagen te hiela, ¡Es el Cristo! Justo encima de ti. A tus pies todo Río de Janeiro y mirando hacía el cielo el imponente Cristo de piedra te da la bienvenida con los brazos abiertos.


Muchas veces hemos visto imagenes del Cristo Redentor en películas, documentales...Pero cuando lo tienes ahí mismo te deja inmóvil por un minuto admirando su grandeza y te viene a la cabeza el significado que tiene para la ciudad, el Cristo Redentor protege y abraza a la ciudad de Río desde las alturas, solo desde aquí puede llegar hasta tanta gente.


Veinte millones de fotos después, decidimos que ya era hora de irnos, pasadas casi tres horas desde que llegamos. De vuelta en el trenecito a tierra firme. Recomiendo que tanto para la subida como para la bajada se coja sitio en el lado izquierdo según entras.

Queríamos andar mas así que nos fuimos desde Corcovado hasta la playa de Botafogo caminando sin prisa. Cuando llegamos, nos tiramos quince minutos de reloj para cruzar la carretera que hay entre la zona de bares, casas y demás y la playa. ¡Que cosa mas ridícula! Solo hay pasos de cebra en algunas zonas y los cruzas y te quedas ahí parada sin ver pasos de cebra ni a la derecha ni a la izquierda...Así que, después de venga esperar y ver que pasaban muchos coches y que era peligroso nos dimos la vuelta y nos quedamos sin ir a esa playa...


Aquí tuvimos que coger el metro, solo dos paradas, pero resulta que desde Botafogo hasta Copacabana no es fácil ir andando. Llegamos a Copacabana bailando samba por el metro y cantando la canción de a playa, ¡íbamos a Copacabana! Cuando llegamos...Ni el tato.



Otra vez nos pasó lo mismo, cuatro gatillos por ahí dispersos pero nada mas...Encima hacía fresquito así que ni nos quitamos el vikini. Fui a bañarme pero al mojarme los pies me quedé tiesa como la mojaba hasta que la sangre volvió a circular por mi cuerpo pidiéndome que no volviera a hacerle eso así que me salí y me tiré en una toalla, cosa graciosa porque allí nadie tenía toallas, en vez de esta usaban unos pareos grandes.

Con frío, mas solas que la una y sin opción a baño, eso si con unas bonitas vistas de la playa enfrente, decidimos ir a comer algo. Nos sentamos en un restaurante brasileño donde comimos carne en salsa, arroz con verduritas, patatas fritas y un poco de ensalada, todo en un plato, por menos de 3€ al cambio.



Con la tripa llena, paseando para bajarla un poco, nos fuimos al lago que hay detrás de Copacabana desde donde hay una bonitas vistas del Cristo y desde donde habíamos leído que se veía un precioso atardecer desde unas terracitas. Las terracitas en Sebastopol, estaban anocheciendo pero no se veía el sol poniéndose ni nada....un exitazo vamos...pero el lago es bonito así que merece la pena.

Andando como chiquito del agotamiento que teníamos llegamos a casa y nos tiramos a descansar un poco. Esa noche teníamos que recompensar la tarde de fallo con una buena noche.

Después de descansar nos vestimos y nos fuimos a tomar algo, Le preguntamos al recepcionista del hotel por donde salir y nos dijo que al ser jueves no iba a haber casi ambiente...¡Pero si estamos en Río de Janeiro! Ya teníamos en mente salir a tomar algo así que fuimos a la zona donde nos recomendó esperando que no hubiera nada, en la zona de Lapa, cerca de los arcos.

¿Vacio? eh......¡había un montó de gente! Escuchamos música en directo que salía de uno de los sitios, ¡samba! así que allá que fuimos. Cuando llegamos a la puerta vimos que había cola...."pero bueno, si es jueves..." pensamos.

Nos cobraron 18 reales (unos 8€) y nos dieron un cartón donde el camarero iría marcando lo que tomásemos. Pasamos. El ambiente muy bueno, el 98% de la gente brasileños cantando todas las canciones que el grupo iba tocando. Después un chico argentino que conocimos nos dijo que habíamos tenido mucha suerte por ir esa noche porque el que cantaba era el compositor de todas esas canciones, de las mas famosas de Brasil. Nosotras ni idea claro, pero sin saber quienes eran, nos encantó el grupo y no paramos de bailar en toda la noche, y de hacer que cantábamos...Digo de intentar bailar porque es imposible bailar samba....¡y menos tan bien como lo hacen ellos! Me da igual chicos que chicas...Nosotras seguimos el consejo de "tu muevete como si quemase el suelo" pero nada...Acabamos bailando a nuestro estilo y con dolor de cadera.

A eso de las dos, taxi hacia el hotel, parada para comprar comida en el puesto de la esquina y a dormir. El día acabó tan bien como empezó, dos básicos brasileños, el Cristo Rendentor y samba.


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3 comentarios:

  1. ¿Será por que el verano no ha comenzado allí? jajaja
    En fin, eso de la samba me encantó! :)
    síguenos contando ^^

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  2. PD: Permíteme que te recomiende este blog; es fantástico, sólo quiero contarte que la chica ha viajado por sudamérica y asia; tus "opciones" para viajes cortos o largos. Quizás sea algo tarde, pero acabo de descubrirlo y creo que, si no lo conoces, sería interesante que leyeras algo sobre Asia...
    http://viajandoporahi.com/

    ¡Que el viaje siga bien! :)

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  3. Muchas gracias por el blog Lidia! Por fin vi gente en la playa, ay te contare... :)No he tenido internet en días pero en cuanto vuelva a tener conexión seguiré contando. un abrazo!

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