¡¡¡¿¿¿ Y SI NOS VAMOS A POLONIA???!!!

¡¡¡¿¿¿ Y SI NOS VAMOS A POLONIA???!!! Así es como llamé al evento que creé en facebook.

Pocos días antes una de mis mejores amigas nos  había contado que a su novio, al que ya habían destinado a Londres previamente, le habían destinado a Varsovia. En un par de de meses todo sería diferente para ella, empezar de cero en un país en el que nunca había estado, mas lejos aun de su gente, sin hablar ni papa de polaco y con una temperatura bastante baja durante buena parte del año.

En cuanto supe la noticia tuve claro que en cuanto pudiese me iba a conocer Varsovia para ir a ver a mi amiga y como excusa perfecta para conocer una ciudad que llevo años queriendo conocer.

La primera vez que fui a Polonia a penas tenía idea sobre el país. Decidimos ir una amiga y yo durante nuestro primer interrail. Ya para entonces estuvimos mirando la opción de ir a Varsovia pero, por tema de conexiones de trenes y demás, tuvimos que descartarlo.

Lo que si que pudimos visitar fue Cracovia que es una ciudad con mucho encanto donde la gente es muy amable y donde, sorprendentemente, hasta el conductor del autobus de unos sesenta años, hablaba inglés. Pasamos unos días tranquilos en la ciudad visitando el castillo, paseando por sus callejuelas, conociendo el barrio judío...

Pero sin duda, uno de los lugares que mas me han impresionado en la vida lo visité a unas horas en bus desde Cracovia, el campo de concentración de Auswith-Birkenau.

¿Cuántas películas, documentales, imágenes habría visto sobre lo que allí paso y sobre el horror nazi? No importaba, por muchas que hubiese visto nada es comparable con el sentimiento, con la pena que te inunda cuando llegas allí y ves que todo eso que has estado viendo durante esos años es real. Ver que los hombres hemos sido capaces de eso, ver los barracones donde acinaban a cientos de personas, las cámaras de gas, las habitaciones llenas de pelo humano hasta el techo, de zapatos, de maletas con los nombres de las personas escritas con tiza blanca... Imaginar esos vagones cargados de gente llegando por las vías que aún se mantienen allí. Pasear por las salas y ver las fotos de cientos de personas que allí murieron de una forma tan salvaje...Y algo mas cruel si cabe, "El trabajo os hará libres". Ese gran letrero situado en la entrada del campo de concentración.

Mi primer viaje a Polonia me hizo ser mucho mas consciente de lo peligroso que puede llegar a ser el hombre pero a su vez, que un pueblo puede resurgir de las cenizas, literalmente, sin olvidar su pasado pero siempre mirando hacia el futuro.

Polonia me sorprendió y, tanto mi amiga como yo, disfrutamos de la amabilidad de los polacos, de su rica comida y aprendimos muchas cosas sobre la historia de este país y del carácter de su gente.

Me despedí de Polonia segura que algún día volvería y ese día ha llegado. Pero no solo es que haya llegado, es que a mi mensaje respondieron cuatro buenos amigos con los que iré a ver a la quinta en discordia, es decir, los seis fantásticos en Varsovia cinco días dándolo todo. Y todo esto en un par de semanas.

Está claro que no hay nada como improvisar para que surjan cosas como esta. Just do it! Como decía el slogan de Nike.

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